Los papás son los que menos manifiestan apoyo al informarse sobre la orientación sexual de sus hijos si es que estos se adscriben a la comunidad LGBT+, ello porque los rechazan al 60.2%, pero no es el único caso de discurso de odio que prevalece en México y el uso de tecnología como la inteligencia artificial podría detonar más casos en las redes sociales, alertan investigadores.
Según datos del Conapred, si los padres son los que pertenecen a la divergencia sexual, los hijos los apoyan al 86.5%, lo que refleja que en México prevalecen múltiples casos de discriminación que se acompañan de discursos de odio y, ante ese contexto, los especialistas Mauricio Flores y Ulises Cruz, académicos de la Universidad Iberoamericana, plantean de una estrategia para combatir el discurso de odio y la discriminación.
El Consejo Nacional Para Prevenir la Discriminación (Conapred), con apoyo de la Comisión Nacional de derechos Humanos (CNDH) y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), observó que los padres (hombres) son los que más suelen discriminar a sus hijos si ellos manifiestan una conducta sexual fuera de lo heteronormado.
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Discriminación en México
De acuerdo con el Consejo, en último lugar de acompañamiento a personas de la comunidad LGBT+ están los papás con el 39.8%; en penúltimo, las mamás con el 40.9%; otros familiares acompañan al 68.9%; hermanos al 76.6%; y, en primer lugar, los hijos, quienes apoyan al 86.5% (es decir, rechazan al 13.5%).
Sin embargo, la discriminación en México no sólo se da a miembros de la comunidad LGBT+, pues el Inegi señaló, en la Encuesta Nacional sobre Discriminación (ENADIS) 2022, a 10 grupos susceptibles de ver vulnerados sus derechos humanos.
Al respecto, en entrevista para Publimetro, Mauricio Flores y Ulises Cruz, académicos de la Universidad Iberoamericana, advirtieron que la discriminación nace con la ruptura de la “normalidad”, la ignorancia y la falta de discusión seria; asimismo, señalaron que esta conducta es el producto de la circulación y aceptación de los discursos de odio contra diferentes grupos de personas.
Esto quiere decir que las personas indígenas, afrodescendientes, con discapacidad, migrantes, de la diversidad religiosa, adultos mayores, adolescentes y jóvenes, mujeres, trabajadoras del hogar y de la diversidad de género y sexual han visto vulnerados sus derechos por razones injustificadas conforme a lo señalado por el Instituto.
Las cifras del Inegi revelan que la comunidad LGBT+ es la que más ha sufrido de discriminación con el 37.3% de percepción; sin embargo, ésta se acrecentó en las mujeres con el 44.6%, donde la autopercepción, la apariencia física y el peso o la estatura fueron factores donde más se discriminó a este sector.
Respecto a la población indígena, las mayores muestras de discriminación se manifestaron en las creencias religiosas, la forma de hablar y el arreglo personal como la ropa o sus peinados. Asimismo, las mujeres manifestaron ser discriminadas por el hecho de ser mujeres, su estatura o peso y por el arreglo personal.
Discurso de odio y discriminación
De acuerdo con los doctores Flores Gerónimo y Cruz Valencia, la discriminación y otras manifestaciones de violencia sin razón son producto de la circulación, normalización y aceptación del discurso de odio, el cual busca la descalificación absoluta de lo que se considere como “otro” y, en consecuencia, se rechaza la diversidad.
Además, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) define el discurso de odio como “cualquier forma de comunicación de palabra, por escrito o a través del comportamiento, que sea un ataque o utilice lenguaje peyorativo o discriminatorio en relación con una persona o un grupo sobre la base de quiénes son o, en otras palabras, en razón de su religión, origen étnico, nacionalidad, raza, color, ascendencia, género u otro factor de identidad”.
El discurso de odio, sostiene la UNESCO, “constituye un ataque a la inclusión, la diversidad y los derechos humanos. Socava la cohesión social y erosiona los valores comunes, retrasando la paz, la estabilidad, el desarrollo sostenible y el cumplimiento de los derechos humanos para todos”. Por ello, desde la academia se plantea una forma de solucionar este fenómeno.
Las ciencia de datos contra el discurso de odio
Mauricio Flores, académico de la Coordinación de Ingeniería en Ciencia de Datos en el Departamento de Estudios en Ingeniería para la Innovación en la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, y Ulises Cruz, profesor del Instituto de Investigación Aplicada y Tecnología (InIAT) de esta misma casa de estudios, promueven el Hackathon 2023, el cual pretende poner las ciencias de los datos para combatir el discurso de odio y la discriminación.
En entrevista para Publimetro, señalaron que el discurso de odio y la discriminación son el resultado de la ignorancia y la baja capacidad de discusión que se tiene en un sector amplio de la población, por lo que el combate a las fake news (noticias falsas) y las publicaciones discriminatorias en redes sociales debe de ser fundamental para promover una cultura de tolerancia y respeto.
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El Hackathon 2023 tiene como objetivo utilizar las tecnologías digitales como la plataforma de difusión de contenido dirigido contra el discurso de odio y la intolerancia. Para que tenga un mejor efecto, se constituirán grupos interdisciplinarios que abonaran teorías filosóficas, psicológicas, de la comunicación social, etc para encontrar los mejores mecanismos para contrarrestar el odio en redes sociales.
Dicho ejercicio se llevará a cabo a finales de octubre y esperan poder generar plataformas que promuevan sistemas democráticos de coexistencia en internet. Asimismo, esperan desarrollar herramientas algorítmicas o de inteligencia artificial (IA) que detecten a los generadores de este tipo de contenido para que se puedan tomar medidas que contrarresten sus efectos.