El parlamento de Alemania eligió oficialmente a Olaf Scholz como el noveno canciller de Alemania desde la II Guerra Mundial, y dio comienzo a una nueva era en el país más poblado de la Unión Europea tras los 16 años de mandato de Angela Merkel.
El gobierno de Scholz asumió el cargo con grandes esperanzas de modernizar Alemania y combatir el cambio climático, pero afronta el desafío inmediato de gestionar la peor ola de contagios que ha sufrido el país en la pandemia de coronavirus.
Scholz recibió el apoyo de 395 legisladores. Su coalición de tres partidos tiene 416 escaños en la cámara de 736 parlamentarios. La diferencia no es inusual cuando se eligen cancilleres, y algunos legisladores estaban de baja por enfermedad o cuarentena.
El líder socialdemócrata fue nombrado oficialmente por el presidente de Alemania, Frank-Walter Steinmeier. Más tarde regresó al parlamento para jurar el cargo ante el presidente del parlamento. El nuevo canciller, que no es religioso, omitió la frase opcional “con ayuda de Dios” del juramento, como hizo el predecesor de Merkel, Gerhard Schroeder.
Merkel, que ya no forma parte del parlamento, asistió a la votación desde el palco de visitantes. Los legisladores le ofrecieron una ovación en pie al principio de la sesión.
Scholz, de 63 años y que era vicecanciller y ministro de Finanzas desde 2018, lleva una amplia experiencia y disciplina a una coalición aún sin probar que reúne a sus socialdemócratas de centroizquierda, al grupo ecologista de los Verdes y a los Liberal Demócratas. Los tres partidos han descrito su combinación de antiguos rivales como una alianza progresista que llevará nueva energía al país tras el mandato casi récord de Merkel.
“Emprendemos un nuevo viaje, uno que asume los grandes desafíos de esta década y más allá”, dijo Scholz el martes. Si los partidos tienen éxito, añadió, “es un mandato ser reelegidos juntos en las próximas elecciones”.
El nuevo gobierno aspira a redoblar los esfuerzos contra el cambio climático expandiendo el empleo de energías renovables y adelantando el abandono de la energía producida con carbón desde 2038, “idealmente” a 2030. También quiere hacer más para modernizar el país, lo que incluye abordar las deficiencias de sus redes de celular e internet.
Además planea adoptar políticas sociales más progresistas, como legalizar la venta de cannabis con fines recreativos y facilitar la obtención de la ciudadanía alemana, aunque la coalición ha prometido redoblar los esfuerzos para deportar a inmigrantes que no consiguen asilo. Los socios quieren reducir de 18 a 16 la edad de voto en elecciones nacionales.
El gobierno también tiene previsto aumentar el salario mínimo alemán a 12 euros (13.50 dólares) por hora, respecto a los 9.60 euros actuales. Scholz afirmó que eso implica “un aumento de los salarios para 10 millones de personas”.
Scholz apuesta por la continuidad en política exterior y señaló que el gobierno defenderá una Unión Europea fuerte y contribuirá a la alianza transatlántica.