Las escuelas públicas de Chicago cancelaron sus clases el miércoles luego de que el sindicato de profesores votó a favor de cambiar a la enseñanza remota debido a la última ola de COVID-19, anunciaron las autoridades de distrito el martes en la noche.
La medida que afecta al tercer mayor distrito escolar de Estados Unidos se tomó en medio de una creciente batalla sobre los protocolos de seguridad contra la pandemia en los colegios. Por el momento se desconoce qué ocurrirá con las clases el resto de la semana. La acción del sindicato, aprobada por el 73% de sus miembros, pedía que la enseñanza fuese online hasta que “los casos disminuyan notablemente” o los líderes sindicales aprueben un acuerdo para los protocolos de seguridad con el distrito.
“Esta decisión se ha tomado con un gran pesar y una atención especial en la seguridad de los alumnos y la comunidad”, señaló el grupo en un comunicado.
Las autoridades del distrito han insistido en mantener todos los centros abiertos para clases presenciales porque la enseñanza remota fue devastadora para el aprendizaje y la salud mental de los alumnos. Pero el sindicato sostiene que los protocolos de seguridad son deficientes y que tanto maestros como estudiantes son vulnerables.
Los asuntos más polémicos en el distrito, que tiene cerca de 350.000 alumnos, están los parámetros que provocarían el cierre de los centros. Las autoridades propusieron directrices para cierres individuales, alegando que medidas como la obligatoriedad de usar mascarilla, la disponibilidad de las vacunas y la mejora de la ventilación hacen de las escuelas uno de los lugares más seguros para los niños. Pero el grupo ha propuesto medidas para cerrar todo el distrito citando los riesgos para alumnos y profesores.
Las clases se reanudaron el lunes tras un parón de dos semanas por las vacaciones de invierno, y los contagios y hospitalizaciones por COVID-19 alcanzaron niveles récord alimentados por la variante ómicron, más contagiosa. Los distritos escolares de todo el país enfrentan el mismo problema, y la mayoría optaron por funcionar con normalidad.
El director de escuelas públicas de Chicago, Pedro Martínez, dijo que los edificios seguirán abiertos, con independencia de la votación sindical, para los administradores, el personal y los “servicios esenciales”, pero no para dar clase. La alcaldesa, Lori Lightfoot, apuntó que los maestros que no se presenten a trabajar no recibirán su salario.
“No hay base en los datos, la ciencia o el sentido común para que detengamos un sistema completo cuando podemos hacer esto quirúrgicamente a nivel escolar”, señaló Lightfoot. La alcaldesa de Chicago aseguró que los niños necesitan a los maestros por lo que les pidió no parar clases y que los más afectados son los afroamericanos y latinos.