La Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) ha clasificado como crimen de lesa humanidad la masacre de San José de Apartadó de 2005 en la que murieron cuatro adultos y cuatro niños, uno de dos años.
«Sobre el mediodía del 21 de febrero de 2005, los paramilitares se encontraron con una casa que creyeron ocupada por guerrilleros y la atacaron con armas de fuego», ha explicado la JEP en su resolución.
La decisión se ha producido a petición del coronel Orlando Espinosa Beltrán, condenado a 34 años de prisión como coautor del crimen. Espinosa era comandante del Batallón de Infantería No. 47 en el momento del ataque.
En el primer ataque murieron Alejandro Pérez Castaño y Sandra Milena Muñoz Posso. Tras revisar la vivienda, los paramilitares, que operaban en coordinación con el Ejército, hallaron con vida a dos niños: Natalia (5 años) y Santiago (2 años) Tuberquia Muñoz.
El padre de los niños, Alfonso Tuberquia Graciano, llegó minutos después al lugar e intentó proteger la vida de sus hijos, pero los paramilitares lo ejecutaron a él y a los dos menores con armas cortantes. Luego los desmembraron y los sepultaron en fosas comunes.
Estos campesinos eran miembros de la comunidad de paz de San José de Apartadó, que se declaró neutral frente a todos los miembros del conflicto, por lo cual fue amenazada, hostigada y en algunos casos señalada de ser «auxiliadora de la guerrilla».
La decisión de la JEP implica que estos crímenes no prescriben, como pretendía en coronel Espionsa. «La Comunidad de Paz de San José de Apartadó fue perseguida y estigmatizada como resultado de su declaratoria de neutralidad y su pacifismo frente a los actores del conflicto armado interno», ha destacado la JEP, que recuerda que Tuberquia era uno de los fundadores de la comunidad.
La JEP se creó tras el acuerdo de paz entre el Estado colombiano y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en 2016.
