La Casa Blanca anticipa que el encuentro del lunes en Ginebra solo tiene «carácter exploratorio» y no espera «compromisos firmes»
MADRID, 9 (EUROPA PRESS)
El viceministro de Exteriores de Rusia, Sergei Riabkov, ha avisado que su país no tiene intención alguna de realizar concesiones «bajo amenaza» en las reuniones de la próxima semana con Estados Unidos y con la OTAN, consideradas como clave para aliviar las tensiones de los últimos meses, en particular en lo que concierne a la situación en Ucrania.
Diplomáticos rusos y estadounidenses se reúnen el lunes en Ginebra antes de la cumbre Rusia-OTAN del miércoles en un ambiente de pesimismo. Este mismo sábado, un alto responsable de la Administración estadounidense, bajo condición de anonimato, ya avanzó que las conversaciones de mañana solo tendrán un carácter «exploratorio» y que no habrá «un compromiso firme» a la espera de conocer la opinión de los aliados europeos, según hizo saber a la cadena NBC.
La tensión en torno a Ucrania se ha disparado en las últimas semanas después de que la OTAN avisara de un incremento de tropas rusas en la frontera con ese país, prolegómeno a su entender de una invasión del territorio. Kiev estima que hay unos 122.000 militares rusos posicionados a unos 200 kilómetros de la frontera, a los que se sumarían más de 143.000 a una distancia de 400 kilómetros. Moscú se defiende y, entre avisos de nuevos despliegues, sostiene que tiene derecho a movilizarse ante el acercamiento ucraniano a la OTAN.
Ante esta situación, Riabkov ha calificado de «decepcionantes» las señales que llegan desde Washington y Bruselas en los últimos días, y reiterado que Rusia busca «garantías jurídicas, legales, de la no expansión de la OTAN en el futuro» antes de condenar «sus nociones falsas acerca de lo que es la esencia de la política rusa», según declaraciones recogidas por la agencia oficial de noticias rusa Sputnik.
Rusia ha avanzado que acudirá de todos modos a estas conversaciones con una serie de medidas concretas para desactivar la tensión, en las que se plantea a los países de la Alianza Atlántica comprometerse a contener la ampliación del bloque y excluir la adhesión de las exrepúblicas soviéticas, sobre todo de Ucrania.
La iniciativa rusa prevé asimismo la creación de una línea directa con la Alianza Atlántica para contactos de emergencia e intercambio regular de información sobre ejercicios y maniobras militares. Además, Rusia insta a EEUU a renunciar recíprocamente al despliegue de armas nucleares fuera del territorio nacional y repatriar las ya emplazadas.
La iniciativa también estipula que ninguna de las dos partes emplazará armamento o efectivos en regiones fuera del territorio nacional donde la otra pudiera considerarlo como una amenaza a su seguridad, ni siquiera si tal despliegue se lleva a cabo en el marco de organizaciones internacionales, alianzas militares o coaliciones.