MADRID, 15 (EUROPA PRESS)
El Gobierno de Reino Unido ha pedido perdón este viernes a la reina, Isabel II, por la celebración de dos fiestas en la noche previa al funeral del duque de Edimburgo, una revelación conocida el jueves a una última hora y que aumenta aún más la presión sobre el primer ministro, Boris Johnson.
Según el ‘Daily Telegraph’, dos celebraciones confluyeron en Downing Street el 16 de abril de 2021, en un momento en el que estaban prohibidas las reuniones en interior entre no convivientes. Al día siguiente, la reina Isabel II se sentó sola en el funeral de su marido; una de las imágenes símbolo de la pandemia de COVID-19.
Una portavoz de Downing Street ha confirmado que ese día el exportavoz gubernamental James Slack «dio un discurso de despedida», ya que abandonaba el puesto para comenzar a trabajar en el periódico ‘The Sun’. Agradeció la labor a todos sus compañeros, parte de los cuales «estaban trabajando desde casa».
Inicialmente, Downing Street evitó responder a otras dudas, pero horas después ha terminado no sólo por pedir perdón sino por dirigir sus disculpas específicamente al Palacio de Buckingham. Así, considera «muy lamentable» que la fiestas se organizasen «en un momento de duelo nacional», según la BBC.
Por su parte, Slack se ha disculpado «sin reservas» en un comunicado por «el enfado y el daño causados». «Este evento no debería haberse celebrado en ese momento. Lo siento profundamente y asumo toda la responsabilidad», ha afirmado, según la nota difundida por ‘The Sun’.
La segunda secretaria permanente del Departamento de Nivelación, Vivienda y Comunidades, Sue Gray, que lidera la investigación sobre las fiestas en Downing Street, ha dicho este viernes que está «sorprendida» por las nuevas informaciones y que «le preocupa que el personal esté ocultando información», según la última exclusiva publicada por ‘The Times’.
Según ha publicado el medio inglés, varios ministros han instado a Johnson a dejar el número 10 por atender «malamente» sus funciones como primer ministro, mientras que tres ministros habrían pedido la dimisión del jefe de gabinete, Dan Rosenfield.
Además, el diario asegura que el fotógrafo oficial del primer ministro tomó las fotografías de la fiesta, en las que se ve a varias personas ebrias con botellas de vino en la mano, según recoge el periodista Steven Swinford en su perfil oficial de Twitter.
Más informaciones han revelado que Boris Johnson animó a los funcionarios a realizar las fiestas para «tranquilizarse» frente a la pandemia a pesar de las restricciones provocadas por la pandemia, según recoge el diario ‘The Mirror’.
PETICIONES DE DIMISIÓN
Johnson ya se disculpó el miércoles por asistir a otra fiesta en mayo de 2020, pero la presión en torno a él ha aumentado y ya son varios los compañeros de partidos que le piden abiertamente que dimita. La oposición también le ha exigido responsabilidades.
La ‘número dos’ de los laboristas, Angela Rayner, ha cuestionado los comportamientos en Downing Street y ha afeado que la última fiesta en ver la luz tuviese lugar a solo unas horas del funeral del príncipe Felipe, cuando «la reina se sentó sola», con el «trauma» y el «sacrificio» que ello supuso, para respetar las medidas sanitarias.
El líder liberaldemócrata, Ed Davey, ha señalado también que «mientras ella (Isabel II) estaba de luto, en el número diez (de Downing Street) celebraban fiestas». «La reina sentada sola (…) fue una de las imágenes definitorias del confinamiento», ha añadido.
Según las últimas publicaciones de ‘The Independent’, Johnson habría elaborado un plan, bautizado como ‘Operación salvemos al perro’, para determinar los despidos por la celebración de las fiestas. En esta lista estarían, aparentemente, el jefe de gabinete, Dan Rosfield, y su secretario privado, Martin Reynolds.
Un exministro, del que no ha trascendido el nombre, ha declarado al medio inglés que es necesaria «una revisión en profundidad» del número 10 y que sería «un requisito imprescindible convertir el arrepentimiento en acciones».
Asimismo, este plan contemplaría un sondeo para determinar la rivalidad de posibles candidatos que le disputen el liderazgo a Johnson y una serie de guías para que los ministros pudieran realizar mejor las entrevistas, tanto antes como después de que finalice la investigación.