MADRID, 28 (EUROPA PRESS)
Unicredit, el mayor banco de Italia, registró un beneficio neto atribuido de 1.540 millones de euros en 2021, frente a las pérdidas de 2.785 millones contabilizadas en el ejercicio anterior, informó la entidad, que no espera subidas de los tipos de interés del Banco Central Europeo (BCE) hasta 2024.
No obstante, como consecuencia del impacto extraordinario de costes de reestructuración y desinversiones, en el cuarto trimestre del año la entidad italiana se anotó pérdidas de 1.439 millones, ampliando en un 22% los ‘números rojos’ contabilizados en el mismo periodo de 2020.
De este modo, al excluir el impacto de atípicos, el beneficio subyacente de Unicredit en 2021 ascendió a 3.900 millones de euros, frente a las ganancias de 1.264 millones de 2020, incluyendo un resultado positivo de 810 millones entre octubre y diciembre, cuatro ves más que en el cuarto trimestre del año precedente.
La cifra de negocio de Unicredit en 2021 se elevó un 4,8%, hasta 17.954 millones de euros, a pesar de la caída del 4% de los ingresos por intereses netos, hasta 9.060 millones, mientras que las comisiones aumentaron un 12,1%, hasta 6.692 millones, y los ingresos por intermediación sumaron 1.638 millones, un 16% más.
Asimismo, la rentabilidad financiera del patrimonio tangible (RoTE) se situó en el 7,3%, frente al 1,7% del año anterior.
«El excelente desempeño de 2021 es el resultado de las acciones decisivas que tomamos durante el año, nuestra emergente cultura corporativa, la dedicación de nuestros empleados y la continua confianza de nuestros clientes», declaró el consejero delegado de Unicredit, Andrea Orcel, quien destacó que el banco excedió sus objetivos anuales en cuanto a ingresos, costes y beneficios netos subyacentes.
«Este desempeño es el ejemplo de lo que nuestro nuevo modelo objetivo puede ofrecer en 2022 y más allá en beneficio de todos nuestros grupos de interés», apostilló el banquero.
De cara al futuro, el banco italiano espera que el BCE mantendrá sus compras de activos hasta 2023 y que no tomará la decisión de subir los tipos de interés antes de 2024, aunque ha apuntado que la persistente presión inflacionaria podría inducir a los bancos centrales a tomar medidas más tempranas y/o más audaces, afectando al crecimiento económico y a la confianza de los inversores, alimentando la volatilidad en los mercados globales.
Por otro lado, la entidad ha advertido de que el riesgo geopolítico y, en particular, el riesgo relacionado con una escalada de tensiones entre Rusia y Ucrania podría pesar sobre las perspectivas económicas.