MADRID, 31 (EUROPA PRESS)
Al menos once personas murieron el domingo en un nuevo ataque perpetrado por bandas criminales armadas en el estado nigeriano de Kaduna (norte), según han confirmado este lunes las autoridades del país africano.
El comisario del estado para Seguridad Interna, Samuel Aruwan, ha indicado que el ataque fue perpetrado en Kurmin Masara y ha agregado que miembros de las fuerzas especiales de la Fuerza Aérea que acudieron al lugar fueron emboscados por los atacantes.
Así, ha resaltado que los militares lograron responder ante la emboscada y llegar al lugar, antes de agregar que «el personal de seguridad ha lanzado una operación de búsqueda y rescate y está persiguiendo a los atacantes en múltiples frentes».
Aruwan ha recalcado que el gobernador de Kaduna, Nasir el Rufai, ha mostrado su «pesar» por lo ocurrido, en medio de un repunte de la inseguridad en el norte y el noreste del país, con Kaduna como uno de sus epicentros, según ha recogido el diario nigeriano ‘The Premium Times’.
El suceso tuvo lugar dos días después del asesinato de doce personas en la localidad de Illela, en el estado de Níger (oeste), en un ataque perpetrado tras la deserción de un destacado miembro de una banda criminal.
Según las informaciones del citado diario, Mani Turwa, quien recientemente abandonó las filas de un grupo criminal, buscó cobijo en Illela, que fue posteriormente asaltada por milicianos buscando venganza.
El Gobierno de Nigeria anunció el 6 de enero su decisión de declarar como organizaciones terroristas a los grupos criminales que operan en el país, en el marco de las medidas por parte de las autoridades para intentar hacer frente a la expansión de la inseguridad.
Estas bandas, que controlan importantes territorios, especialmente en el norte y el noroeste de Nigeria, han estado detrás de decenas de secuestros y ataques durante los últimos meses, especialmente contra centros educativos y transportes, con el objetivo de obtener el pago de rescates.
Los ataques en Nigeria, anteriormente centrados en la zona noreste del país –donde operan Boko Haram y su escisión, Estado Islámico en África Occidental (ISWA)– se han extendido durante los últimos meses a otras zonas del norte y el noroeste, haciendo saltar las alarmas por la posible expansión de estas redes terroristas y criminales, muchas de las cuales viven del secuestro de estudiantes.