MADRID, 5 (EUROPA PRESS)
El asesinato del refugiado congoleño Moïse Mugenyi Kabagambe en Río de Janeiro ha provocado una ola de protestas en Brasil contra el racismo con miles de personas movilizadas en las principales ciudades del país.
Mugenyi, de 24 años, murió el pasado 24 de enero tras una brutal paliza en un bar de la playa Barra da Tijuca de Río y en ese mismo lugar murió un negro desarmado que fue tiroteado por un vecino blanco que asegura que creía que era un ladrón.
La madre del joven, Lotsove Lolo Lavy Ivone, ha participado también en la manifestación, convocada por movimientos sociales. «Vamos a pedir justicia hasta el final», ha declarado, según recoge el diario ‘Folha’.
«Si es sangre negra, no vale nada», ha declarado una de las manifestantes de Río, Bruna da Silva, en declaraciones a la prensa. «Estamos aquí para decir que sí importa y que no vamos a descansar hasta que se haga justicia», ha añadido.
La propia Silva ha recordado cómo perdió a su hijo de 14 años tiroteado durante una operación policial.
Muchos de los asistentes han pedido la dimisión del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, de extrema derecha, quien no se ha referido en ningún momento a la muerte del joven congoleño y no son raros los comentarios negativos sobre negros o indios. «¡Fuera Bolsonaro!», han coreado los asistentes.
También ha habido protestas en Sao Paulo, Brasilia, Recife, Belo Horizonte, Salvador y Porto Alegre y también en otras ciudades como Londres, Berlín o Nueva York.
Las estadísticas oficiales revelan que de las 1.245 muertes en operaciones policiales registradas en 2020 en el estado de Río de Janeiro, el 86 por ciento eran de negros. En la ciudad la proporción aumenta al 90 por ciento.
«La única política que tienen para las favelas es la política del genocidio», ha denunciado otra de las asistentes, Ana Paula Oliveira, de 45 años, cuyo hijo de 19 murió por disparos de la Policía en 2014.
