BEIJING (AP) — La brillante y trascendental carrera de Shaun White llegó a su fin. Concluyó con una caída en su último intento en el halfpipe, una emotiva ovación y adiós en el deporte que ayudó a establecer.
A unas montañas cerca, Mikaela Shiffrin finalmente llegó a la meta de la colina del esquí alpino, terminó novena en el Super-G y expresó su alivio.
Sin medallas, las dos máximas estrellas estadounidenses en los Juegos de Beijing tuvieron emociones distintas el viernes.
Shiffrin podría tener otras dos oportunidades de convertirse en la primera esquiadora alpina de Estados Unidos que gana tres medallas olímpicas de oro.
La quinta y última justa olímpica de White terminó cuando recortar con la pared, al aterrizar su segundo truco de su tercer intento. Sabiendo que era el final, se quitó el casco y agradeció a la afición. Tras intentar llevarse su cuarta presea de oro, quedó cuarto.
“No estoy triste”, admitió White, aunque no pudo con el llanto durante una entrevista con NBC.
“Estoy orgulloso de lo que logré”, agregó. “Y no puedo dejar de pensar de que si hubiera alcanzado el podio en el tercer intento, hubiera querido el segundo. Si hubiera quedado segundo, habría querido el primero. Es el luchador en mí, siempre espero más”.
White irrumpió en el entramado olímpico hace 16 años, un adolescente de los suburbios de San Diego con sobrenombre del “Tomate Volador” debido a su desgreñado cabello rojizo. Ganó el oro en Turín y otro metal dorado en Vancouver 2010. Tras terminar cuarto en Sochi, regresó a la cima del podio en 2018.
En medio de todo ello se convirtió en una figura trascendental.
“Estoy seguro que cada persona que compitió hoy lo admiró durante mucho tiempo”, dijo el medallista de bronce, el suizo Jan Scherrer. “Es un momento increíble”.
Ayuma Hirano, el japonés de 23 años que ganó la medalla de oro, es uno de ellos. Demostró ser un digno sucesor de White con un increíble último intento que le dio una puntuación de 96.
“Pensé que podría enviarle un mensaje al enseñarle mi truco”, dijo Hirano, quien creció idolatrando a White.
SHIFFRIN TERMINA
Después de tres competencias en Beijing, Mikaela Shiffrin cruzó la meta en el esquí alpino. Terminó novena en el Super-G, lejos de la medallista de oro, la suiza Lara Gut-Behrami.
“Es realmente satisfactorio estar aquí al final, con una buena competencia”, admitió Shiffrin. “No estaba esquiando segura o nada parecido. Pero también logré terminar y eso es bueno para mi corazón. Saber que no abandoné todo lo que sabía sobre este deporte”.
Shiffrin venía de estrellarse en el slalon gigante el lunes y salirse de la pista en el eslalon el miércoles — ambas competencias duraron apenas unos segundos. Esos eran sus mejores eventos y en los que había ganado sus medallas de oro, el eslalon en Sochi 2014 y el eslalon gigante cuatro años después en Pyeongchang.
Shiffrin podría tener dos competencias individuales más en Beijing. Tendrá algunos días para entrenar en el descenso y decidir si entra a la competencia el martes.
DOBLETE DE VAN DER POEL
El sueco Nils van der Poel batió su propio récord del mundo y ganó su segundo oro en los Juegos de Beijing en los 10.000 metros, la carrera más larga del programa olímpico. Ya había ganado en los 5.000.
Con un tiempo de 12 minutos y 30,74 segundos, quebró su récord de 12:32,95 que estableció hace un año y quedó nueve segundos por delante del récord olímpico que impuso hace cuatro años el reinante campeón, el canadiense Ted-Jan Bloemen.
PISTA CORTA
La holandesa Suzanne Schulting defendió exitosamente su título en la pista corta de 1.000 metros de patinaje de velocidad con un tiempo de 1 minuto y 28,391. Impuso récord olímpico y del mundo con un tiempo de 1:26,514 en los cuartos de final.
