Dani de la Torre, sobre el veto a la cultura rusa: “Prohibir ciclos de Tarkovsky es una animalada y una payasada”

MADRID, 14 (EUROPA PRESS)

Dani de la Torre y Alberto Marini regresan con la segunda temporada de ‘La Unidad’, la aclamada serie que sigue los pasos del equipo de la Policía Nacional especializado en la lucha contra el terrorismo yihadista. Los creadores de la serie, cuyos seis nuevos capítulos se estrenan este viernes 18 de marzo en Movistar Plus+, condenan la invasión de Rusia a Ucrania y apoyan las medidas de presión a Putín pero no están de acuerdo con la total cancelación de la cultura rusa.

«Que ahora mismo, con el tema ruso, se estén prohibiendo ciclos de Tarkovsky me parece una animalada y una payasada», sentencia De la Torre en una entrevista concedida a Europa Press en la que lamenta que «siempre estamos mezclando la obra y el autor». «Estoy cansado de darle tanta importancia a los autores. Si un señor comete un delito, hay que meterlo en la cárcel, pero eso no quita que su obra sea buena o que sea buen director», explica el director de la serie que cree que lo mismo hay que hacer con el apoyo a Putin, ya que el veto total a la cultura rusa y sus autores impuesto por algunos países o anunciado por algunos centros culturales o festivales de cine, no le parece justo.

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«Si un director ruso se posiciona a favor de Putin, que no pongan su nueva película o no lo inventen al festival, me parece bien. Pero castigarle a él», insiste el cineasta que se muestra a favor de «todas las medidas que se puedan tomar para que el mundo se vuelva en contra de Putin» y de «castigar a la gente que esté a favor de este cafre». Una posición, la de no estigmatizar a toda la cultura rusa por las acciones de su Gobierno, que concuerda con la de Marini y la del resto del equipo de la serie.

«Me parece muy acertado lo que ha dicho el festival de San Sebastián, que va a analizar caso por caso. No podemos penalizar a artistas que se están oponiendo a Putin en su país por el hecho de ser rusos. Hay que ver caso por caso quién está a favor de esta matanza y quién está librando una guerra interna contra Putin», señala el guionista y creador de ‘La Unidad’. «Yo no puedo creer que un artista tenga que pagar por el país en el que nació, me parece deleznable», sentencia Michel Noher, que en la segunda temporada retoma su papel como el agente Marcos y que asegura que la «censura nunca lleva a buenos lugares».

«Yo tampoco estoy de acuerdo con esta censura. El festival de Cannes dice: ‘No voy a coger ninguna película rusa’, pero… ¿por ser ruso? La cultura no debería tener vetos. Es peligroso», señala Marián Álvarez, que repite como la agente Miriam y que, al igual que su compañero, apuesta por centrar los esfuerzos en combatir la desinformación y «desenmascarar las noticias falsas» que llegan «desde todos los países y todos los lados».

UNA SEGUNDA TEMPORADA «BRUTAL» Y «MÁS PERSONAL»


«Yo no vetaría nunca nada. Creo que a nivel cultural mantenernos abiertos a los referentes de todas partes siempre nos va a hacer tener una visión más certera de todo lo que está ocurriendo», afirma Nathalie Poza, que vuelve a dar vida dar vida a la comisaria Carla Torres, la jefa de la unidad antiyihadista, en esta segunda temporada que, adelanta, es más «madura» y «más brutal y potente» pero también cuenta con un «empaque mucho mayor» a nivel emocional.

Y es que en sus nuevos seis capítulos la trama de ‘La Unidad’ pone el foco en el aspecto más personal de sus personajes, ya que ahora son ellos y sus familias el objetivo de unos terroristas que buscan venganza. «Es una serie mucho más emocional y más cercana a los personajes. Se ha profundizado mucho más en las circunstancias que rodean la vida personal que rodean a los protagonistas», señala Poza que destaca que en la nueva temporada «los personajes están mucho más indefensos y corren aún más peligro con lo cual la tensión es mucho mayor».

Además, recuerda la actriz, las tramas de la nueva temporada de ‘La Unidad’ vuelve na estar inspiradas en casos reales, «cosas que les pasaron» a los agentes de la verdadera unidad de la Comisaría General de Información, con quienes han vuelto a contactar para asesorarse, como ya hicieran en la primera temporada, de cara a esta nueva entrega.

«No es exactamente cómo pasó, pero todo son situaciones sacadas de una realidad que existe y eso es siempre un aliciente», dice Poza que destaca el «trabajo titánico» y la «enorme dedicación que va por delante de su propia vida» de los agentes reales que, asegura, ven la serie como «una puesta en valor y reconocimiento de su trabajo que no suelen tener» y una vía «para que la gente sepa sobre ellos y por eso tienen un vínculo tan estrecho y cercano con nosotros».

«A mí me llegó un mensaje de una de las policías que ya había visto la segunda temporada y le había encantado», revela Marián Álvarez que destaca que la cercanía con los agentes reales fue tal que algunos les iba a visitar al rodaje en Madrid «e incluso han hecho de figuración en alguna escena». «Siempre están apoyando, no criticando y eso se nota», sentencia la actriz. «En la primera temporada hubo muchos agradecimientos por ponerlos en la primera plana, algo que justamente su trabajo no les permite», destaca Noher.


En este sentido, De la Torre recuerda la anécdota de un agente infiltrado al que la serie, al reflejar el día a día de su labor, ayudó a salvar su matrimonio. «Al verse en pantalla, nos dijo que la serie hizo que su mujer entendiera su trabajo, porque tenía problemas serios de pareja por eso», apunta el cineasta que asume que, a pesar de la gran factura técnica y la potencia visual que despliega la serie, rodada en más de 70 localizaciones, le da un poco de «rabia» que la serie se pueda ver en la pantalla de un móvil. «Eso ya no es algo que nos guste o no, esto llegó para quedarse. Pero sí que te da un poquito de cosa que no la vean en una pantalla grande», concluye.

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