Las ONG alertan de que quienes salen ahora de Ucrania son personas más vulnerables y con menos recursos
MADRID, 18 (EUROPA PRESS)
La situación humanitaria en Ucrania empeora «exponencialmente» en la misma medida en que se han intensificado los combates, que no discriminan objetivos militares y civiles. Las ONG y la ONU coinciden en señalar que la desesperación y la vulnerabilidad es cada vez mayor, tanto en territorio ucraniano como en los países vecinos a los que ya han llegado más de tres millones de refugiados.
La ONU estima que 13 millones de personas viven en las zonas más golpeadas por un conflicto que no deja de extenderse, como ha quedado en evidencia este viernes con el primer gran ataque ruso en el área metropolitana de Leópolis, en el oeste de Ucrania. La guerra ya no se circunscribe sólo a la parte oriental o a enclaves estratégicos como Kiev.
La organización ya advirtió poco después del inicio de la ofensiva militar rusa de que 2,9 millones de personas necesitarían ayuda humanitaria en 2022, pero la situación empeora cada día. Un portavoz del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Matthew Saltmarsh, señala que «las necesidades humanitarias están creciendo exponencialmente».
Saltmarsh apunta que «muchas personas permanecen atrapadas en áreas donde el conflicto empeora y, sin apenas servicios esenciales, no pueden cubrir sus necesidades más básicas, lo que incluye comida, agua y medicinas». Las organizaciones defensoras de los Derechos Humanos instan a las partes a respetar el Derecho Internacional.
En la región de Donetsk, en el este de Ucrania, más de 200.000 personas no tienen agua y en localidades como Mariúpol y Sumy la situación es «extremadamente dura», en palabras del portavoz de ACNUR. «Los ataques contra personas e infraestructuras civiles y la falta de un paso seguro aumentan los riesgos y suponen una grave amenaza para miles de vidas», añade.
El secretario general del Consejo Noruego para los Refugiados (NCR), Jan Egeland, coincide en que «la situación para millones de personas dentro de Ucrania cada vez es más desesperada», mientras que la ONG Médicos del Mundo insta a abrir con «urgencia» corredores humanitarios para repartir material de emergencia.
Médicos del Mundo señala como uno de los principales retos el acceso a los servicios sanitarios –preocupación también compartida por la Organización Mundial de la Salud (OMS)– y avisa del empeoramiento de la salud mental, fruto de «una gran presión y un gran estrés».
El coordinador de emergencia de la ONG en Ucrania, Jesús Cruz, recuerda que «quienes dejan atrás zonas de combate han tenido que abandonar sus casas y puede que estén destruidas». «Han tenido que dejar atrás a familiares que no saben cómo se encuentran. Sus enseres, bienes materiales, pero también todos los recuerdos, las fotos, los cuadernos con los dibujos de los niños, toda su vida», lamenta.
AL OTRO LADO DE LA FRONTERA
Las historias de necesidad se replican al otro lado de la frontera. El director general de Acción contra el Hambre (ACH), Olivier Longué, que ha visitado Moldavia e incluso ha cruzado a suelo ucraniano, enfatiza que el estado de los refugiados es «cada vez peor».
Longué explica que la población ucraniana con recursos fue la primer en salir del país. Ahora, los refugiados «llegan literalmente con lo puesto» y conscientes de que incluso en su huída pueden ser objetivo de ataques: «Algunos de los que llegan en coche ponen carteles en las ventanillas con la palabra ‘niños'».
La presidenta de Médicos del Mundo, Nieves Turienzo, incide igualmente en que el primer flujo de refugiados supuso el éxodo de personas en buen estado de salud, principalmente jóvenes, y anticipa que en las futuras salidas habrá «personas mayores, con dificultades de movilidad, con enfermedades crónicas que quizás lleven sin tratamiento semanas».
El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) estima que son ya casi 3,3 millones las personas que han salido de Ucrania escapando del conflicto y, de ellas, más de dos millones han cruzado la frontera polaca.