SEBRING, Florida, EE.UU. (AP) — Sebastián Montoya ha estado en las pistas del automovilismo desde que era un bebé. En aquel entonces, su padre lo llevaba en hombros en el paddock de la Fórmula Uno.
Ahora, está a un mes de cumplir 17 años y se está labrando su propio camino en este deporte. Este fin de semana, en el Sebring International Raceway, correrá la carrera más importante de su vida.
Y su padre Juan Pablo Montoya formará equipo con él, con “Montoyita”, en las 12 Horas de Sebring.
Padre e hijo comparten el bólido que ganó la categoría LMP2 en las 24 Horas de Daytona con una alineación distinta. El DragonSpeed USA se clasificó segundo el viernes en la categoría, con Henrick Hedman, el tercer piloto del equipo.
Esta oportunidad de correr junto a su padre marcará una gran diferencia en su relación actual, en la que Montoya es mentor y entrenador de “Sebas”,, quien busca ascender por las categorías juveniles europeas.
Montoya hijo ha pasado toda su vida siguiendo a su padre en la F1, la IndyCar y la NASCAR. En todas esas categorías, el colombiano cosechó triunfos, durante una trayectoria que incluye un par de victorias en las 500 Millas de Indianápolis y el cetro de 1999 en la CART.
“Esto es diferente, porque él es mi papá y mi entrenador en la pista, y ahora será mi compañero”, dijo Montoyita a The Associated Press. “No tengo que superarlo. En realidad tengo que trabajar con él y eso me gusta bastante. Él conoce el funcionamiento de muchos autos, así que su experiencia ha hecho mi vida mucho más fácil”.
Montoya es todavía el típico papá de un piloto, con grandes expectativas sobre su hijo. Siempre dijo que permitiría que sus hijos decidieran si querían competir —junto con su esposa Connie tiene a Sebastián y a dos hijas menores.
Y mientras su hijo ascendía para conducir autos más grandes y comenzaba a disfrutar las competiciones, ambos decidieron impulsar su carrera.
Toda la familia dejó su vieja casa en Miami. Los pilotos residen ahora en Mónaco, mientras que Connie y las hijas están en Madrid.
Se reúnen los fines de semana, y observan la forma en que Sebastián asombra a su padre, quien no es precisamente muy fácil de impresionar.
“Incluso cuando él lo hace bien, lo odia, porque criticaré algo”, dijo Montoya a la AP. “Yo le digo: ‘Eres grandioso, pero…’ y él odia los peros pero aprende de dónde vienen. Tenemos una relación de trabajo realmente buena, de un modo en el que puedes decir que hemos creado un monstruo, porque él está realmente concentrado”.
Montoya condujo el DragonSpeed el año pasado, y el equipo pidió que probara a su hijo a finales de 2021. Cuando Montoyita fue más veloz que su padre, firmó el acuerdo de Sebring y obtuvo la oportunidad no sólo de competir en la misma carrera en la que participaría su padre, sino de ser su compañero de equipo.
La carrera de 12 horas será un ensayo para Montoyita, quien corre carreras de 30 minutos en Europa. Una sola estadía en Sebring es de 38 minutos, y la mayoría de los pilotos duplican y triplican su estadía en el auto en cada ocasión.
Pero si Montoya hijo lo hace bien, existe la oportunidad de que se convierta en un piloto adicional de DragonSpeed en las carreras restantes de larga duración dentro del calendario de la IMSA.