Las Fuerzas Armadas matan a 60 presuntos terroristas en bombardeos en el norte del país
MADRID, 21 (EUROPA PRESS)
Al menos trece militares murieron y otros ocho resultaron heridos el domingo en enfrentamientos con personas armadas no identificadas en el este de Burkina Faso, según ha confirmado este lunes el Ejército del país africano.
El Ejército ha señalado que «una unidad militar que participaba en una operación de seguridad en la región Este fue atacada a una veintena de kilómetros de Natiboani», tal y como ha recogido la agencia estatal burkinesa de noticias, AIB.
«La unidad, durante su respuesta, logró repeler la emboscada y neutralizar a numerosos asaltantes», ha dicho, sin dar un balance concreto de bajas entre los atacantes, antes de incidir en que «la intervención de apoyo aéreo permitió garantizar la seguridad en la zona para que la operación militar continuara».
Por último, ha trasladado sus condolencias a los familiares de las víctimas y ha reclamado a las fuerzas de seguridad «mantener sus esfuerzos desplegados para garantizar la salvaguarda de la integridad del territorio y la protección de las valientes poblaciones».
El comunicado ha sido publicado horas después de que fuentes de seguridad citadas por el portal de noticias burkinés Infowakat apuntaran a la muerte de diez soldados. Natiaboani está situada en la provincia de Gourma, una de las más afectadas por el deterioro de la seguridad durante los últimos años.
Por otra parte, al menos cinco militares murieron a última hora del domingo por la explosión de una bomba en los alrededores de Napadé (centro-este), según fuentes locales y de seguridad citadas por este medio, sin que las autoridades se hayan pronunciado por ahora.
Estos sucesos tuvieron lugar horas después de que las Fuerzas Armadas llevaran a cabo una serie de bombardeos en la región de Sahel (norte) que se saldaron con la muerte de cerca de 60 presuntos terroristas, según fuentes de seguridad.
Los ataques aéreos fueron ejecutados en los alrededores de la ciudad de Djibo, situada en Soum, que es escenario desde hace varias semanas de un bloqueo por parte de yihadistas que han impedido a la población salir de la localidad para abastecerse.
El país africano, liderado por una junta militar desde el golpe de Estado de enero contra el entonces presidente, Roch Marc Christian Kaboré, ha experimentado en términos generales un aumento significativo de la inseguridad desde el año 2015, lo que ha provocado una oleada de desplazados internos y refugiados hacia otros países de la región.
Los ataques, obra tanto de la filial de Al Qaeda como de la de Estado Islámico en la región, han contribuido también a incrementar la violencia intercomunitaria y ha hecho que florezcan los grupos de autodefensa, a los que el Gobierno burkinés ha sumado a ‘voluntarios’ para que ayuden en la lucha antiterrorista.
