JERUSALÉN (AP) — Manifestantes palestinos y tropas israelíes se enfrentaron el martes en Cisjordania cuando miles de colonos israelíes marchaban al sitio de un asentamiento demolido para exigir al gobierno su reconstrucción.
Paramédicos palestinos dijeron que atendieron al menos a ocho personas que fueron impactadas por balas de goma o latas de gas lacrimógeno lanzadas por soldados israelíes en Burqa, una aldea en Cisjordania.
Varias decenas de residentes protestaron porque el ejército cerró vialidades para permitir que se llevara a cabo la marcha dirigida por colonos israelíes. Jóvenes palestinos incendiaron neumáticos y arrojaron rocas a los soldados.
La marcha del martes sucedió en un momento en que aumentan las tensiones entre israelíes y palestinos. Por primera vez en meses, palestinos lanzaron un cohete desde la Franja de Gaza hacia el sur de Israel después de días de enfrentamientos entre la policía israelí y palestinos en en un sitio sagrado en Jerusalén.
El año pasado, circunstancias similares detonaron una guerra de 11 días entre Israel y el grupo miliciano Hamas en la Franja de Gaza.
El santuario, que los musulmanes conocen como la Mezquita de Al-Aqsa y los judíos como el Monte del Templo, y en donde en la antigüedad había dos templos, ha sido epicentro del conflicto de décadas entre israelíes y palestinos.
En semanas recientes, atacantes palestinos han matado a 14 personas en Israel. En respuesta, el ejército israelí ha lanzado redadas en Cisjordania para arrestar a presuntos cómplices y evitar ataques futuros.
Al menos 26 palestinos, incluidos los cinco que perpetraron los ataques mortales y otros que participaron en enfrentamientos con soldados, han fallecido en semanas recientes. Entre los muertos también están una mujer que no portaba armas y un abogado que al parecer era un transeúnte.
Una mujer de 18 años murió el lunes por heridas sostenidas durante enfrentamientos previos cerca de la ciudad cisjordana de Jenin.
Varios miles de israelíes, incluidos niños pequeños, participaron en la marcha hacia el asentamiento demolido de Homesh, en donde los organizadores montaron festividades a las que asistieron rabíes y políticos nacionalistas religiosos.
El ejército israelí no autorizó formalmente la marcha de los colonos, pero soldados cerraron vialidades y evitaron que palestinos llegaran a la zona.