MADRID, 9 (EUROPA PRESS)
El cineasta francés Stéphane Brizé estrena este viernes 14 de mayo la película ‘Un nuevo mundo’, un retrato de un directivo de una empresa metido en un proceso de recorte de empleos, a través del cual el director pone el foco en «la sociedad mercantil» en que se ha convertido Occidente.
«Todos compartimos que el dinero no da la felicidad, pero la realidad luego es que vivimos en un mundo de mercaderes. Por tanto, creo que la pregunta acertada que debemos hacernos es a cuánto dinero está uno dispuesto a renunciar por su ética, todo esto en una sociedad en la que el trabajo es cada vez más escaso», ha señalado en una entrevista con Europa Press el director francés.
En ‘Un nuevo mundo’, un directivo recibe el encargo de reducir plantilla para mejorar los beneficios e incentivos de una empresa multinacional. Pese a ser consciente de que esta decisión repercutirá en el rendimiento (y en el futuro a largo plazo) de la filial, el directivo inicia una carrera a contrarreloj para tratar de satisfacer a todas las partes implicadas.
De nuevo Brizé, un cineasta con marcado compromiso social, vuelve a contar con el actor Vincent Lindon para el papel principal (ya lo hizo con ‘En guerra’ y ‘La ley del mercado’, si bien esas películas ponían el foco en los trabajadores y sindicatos), aunque pone en cuestión que sea una trilogía.
«Es más una cosa de medios, cada película se puede ver independientemente, aunque parece más ‘inteligente’ a veces hablar de trilogías», ha bromeado. En cualquier caso, sí ha matizado que en el proceso de escritura de los guiones nunca ha pensado en papeles ‘ad hoc’ para Lindon, sino que, una vez terminados, el actor francés aparecía como opción para llevarlo a la gran pantalla.
Brizé ha reconocido que la idea innovadora de hablar de estos asuntos laborales solo desde la perspectiva del directivo no está detrás de mostrar «cómo los ricos también sufren». «Simplemente, me parecía importante hablar de los problemas de otros que no fueran los más frágiles del sistema, para sacar la problemática del simple enfrentamiento de clase social», ha apuntado.
«Los obreros son los primeros que sufren estas decisiones tremendas, pero también es importante conocer que los que las trasladan –y aquí remarco que las trasladan y no las toman– tampoco se sienten tan cómodos. Si seguimos pensando que esto va de ricos y pobres no vamos a replantear el sistema, que impacta a mucha gente a diferentes niveles», ha lamentado.
Brizé ha indicado que, en la sociedad capitalista, el problema es «que no hay un enemigo concreto». «Esto ya fue resumido por François Hollande, quien fue elegido por un discurso en el que dijo ‘mi enemigo no tiene rostro porque son las finanzas’. Luego no hizo nada para combatirlo, pero eso ya es otra cosa», ha ironizada el realizador.
Brizé apunta a que una de las consecuencias de esta falta de conocimiento del ‘enemigo’ es que «ha conseguido entrar en el pensamiento» del sistema público. «Ahora los hospitales, las escuelas, los colegios o la justicia se gestionan todos de la misma forma: basándose en un principio de rentabilidad: es un veneno insidioso que se mete en el conjunto de la sociedad», ha señalado.
Y, por último, indica que quizás otro de los hechos palpables en esta sociedad del capitalismo «agresivo» es el del «falseamiento del lenguaje para hacer sentir culpables a los trabajadores». «Me pregunto muchas veces hasta qué punto la victoria del capitalismo se da también en la dialéctica, que es muy culpabilizante: parece que si no consigues lo que te piden, por muy imposible que sea, es que no estás a la altura», ha concluido.