MADRID, 16 (EUROPA PRESS)
El nuevo primer ministro de Sri Lanka, Ranil Wickremesinghe, ha advertido este lunes de que el país tiene por delante unos próximos meses «muy difíciles», más que los anteriores, en los que la crisis económica y la escasez de combustibles y productos básicos ha supuesto fuertes protestas y la salida del anterior gobierno.
«Los próximos meses serán los más difíciles de nuestras vidas. Debemos prepararnos para hacer algunos sacrificios» ha avisado en un discurso dirigido al pequeño país insular, en el que ha señalado que «la verdadera situación» es «desagradable» y «aterradora».
No obstante, Wickremesinghe ha vaticinado que dicho periodo «no será largo» y «en los próximos meses» los «aliados extranjeros» del país prestarán su ayuda, por lo que ha pedido «paciencia» para aguantar lo está por llegar.
Wickremesinghe ha hecho balance de la complicada situación por la que atraviesa el país y ha adelantado que los cortes en el suministro eléctrico no solo continuarán, sino que pueden alargarse hasta las quince horas diarias
«Otra grave preocupación es la falta de medicamentos. Existe una grave escasez (…) incluidos los necesarios para enfermedades del corazón (…). Hace cuatro meses que no se realizan pagos a proveedores (…). El pago que se les debe asciende a 34.000 millones de rupias (casi 91 millones de euros)», ha revelado.
Ha explicado que «existe la posibilidad de que la inflación aumente aún más» y que en contra de sus deseos, se ha visto obligado a permitir la impresión de dinero para pagar a los empleados estatales y bienes y servicios esenciales. «Debemos recordar que imprimir dinero conduce a la depreciación de la rupia», ha dicho.
«Mi objetivo es salvar a toda la gente de este país y el futuro de nuestra generación más joven. Emprenderé esta tarea voluntariamente arriesgando mi vida si es necesario», ha enfatizado Wickremesinghe no sin antes pedir a todas las fuerzas políticas un consenso para poder sacar adelante al país.
Las protestas de Sri Lanka comenzaron a principios de marzo en medio de una crisis económica como el país no ha conocido desde hace su independencia en 1948, marcada por subidas inasumibles en los precios del combustible, falta de acceso a los bienes de primera necesidad, cortes en el suministro eléctrico, niveles récord de inflación y una deuda externa acumulada de casi 50.000 millones de euros.
Wickremesinghe, de 73 años, es considerado por la oposición como un elemento absolutamente continuista — fue primer ministro de Sri Lanka entre 1993 y 1994, entre 2001 y 2004, 2015 y 2018 y de 2018 a 2019 — que en modo alguno se distanciará de las políticas de su predecesor, Mahinda Rajapaksa, quien finalmente cedió el testigo la semana pasada tras meses de presiones.