CHICAGO (AP) — Una mujer en estado de shock en medio del caos por el tiroteo del 4 de julio en un desfile cerca de Chicago, se acercó a Greg Ring y le entregó un niño de 2 años cubierto de sangre.
Ring acababa de huir de la escena en Highland Park con su esposa y sus tres hijos.
“Nos miramos a los ojos y no dijimos nada... Extendí los brazos y ella me lo dio”, dijo Ring el jueves, al describir el intercambio con la mujer a quien no conocía y quien luego se acostó frente a un coche, traumatizada.
El niño señaló en dirección a la ruta del desfile, diciendo “Mami, Papi, Mami, Papi”.
El deseo de Ring de ayudar al pequeño lo llevó de regreso a la escena. Puso la cara del niño en su pecho para que no viera la carnicería. Pero Ring rápidamente se dio cuenta de que era demasiado peligroso.
“¡Tirador activo! ¡Agáchate!”, gritó un policía. Ring volvió a huir.
Él y su familia subieron a su automóvil y llevaron al niño a una estación de bomberos de Highland Park. “Tengo un niño. No es nuestro”, le dijo al personal del departamento, quien le pidió que se quedara con el niño mientras las autoridades buscaban al agresor y ayudaban a los heridos.
“Se estaban preparando para la guerra”, dijo Ring.
La familia condujo hasta la casa de los suegros de Ring. Allí, le limpiaron la sangre que tenía, pero no era de él, y luego se sentó con el hijo de 4 años de Ring, a ver un programa de Mickey Mouse.
Más tarde pudieron identificarlo y reunirlo con sus abuelos.
Los padres de Aiden McCarthy, Kevin e Irina, murieron en el tiroteo, que dejó otros cinco muertos y más de dos decenas de heridos.
Los amigos de los McCarthy dijeron que los padres de Irina cuidarían al niño en el futuro. Una amiga de la familia abrió una colecta por internet para ayudar al niño y hasta el jueves ya había recaudado más de 2 millones de dólares.
El jueves, Ring todavía estaba tratando de procesar lo que sucedió el lunes. No se considera un héroe y asegura que cualquier persona en esa situación hubiera hecho lo mismo.