Un grupo de amigos que se reunió a jugar el videojuego más popular de futbol, FIFA, ganó una fortuna después de organizar un hackeo en el que los servidores de EA Sports--la empresa encargada de diseñar el videojuego--fueron engañados en sus partidas con los futbolistas y clubes más importantes del mundo.
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Anthony Clark, un programador de solo 23 años, fue el ideólogo que encabezó la operación, quien, en conjunto con sus compañeros, hizo creer a los ‘players’ que habían completado sus misiones en el FIFA; sin embargo, no fue así y extraían las monedas del famoso juego de video, que suelen utilizarse para adquirir productos en la tienda virtual.
En el videojuego, las recompensas a través de monedas son utilizadas a fin de comprar jugadores, entrenadores, artículos de la indumentaria de los futbolistas, entre otros; no obstante, estas monedas se venden de manera externa a cambio de dinero en efectivo o transferencias electrónicas.
Así, el programador Clark y sus amigos crearon un sofisticado sistema para evadir las condiciones de seguridad del videojuego y obtuvieron las monedas electrónicas de forma fraudulenta, para, después, comercializarlas entre los fanáticos que están dispuestos a desembolsar lo que sea para tener a Lionel Messi o Cristiano Ronaldo en su plantilla.
Lo que no esperaban los jóvenes, que vieron en el FIFA una oportunidad para hacerse millonarios, es que rápidamente obtendrían 16 millones de dólares, algo, que en su contra, siguió de cerca el FBI en Estados Unidos, quien estableció comunicación con Electronic Arts, la empresa creadora, para reportar lo ocurrido.
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El caso, que dio a conocer Euronews, tuvo un giro inesperado, pues, pese a que en un primer momento todos se declararon culpables, Anthony Clark cambió de decisión, auxiliado por un equipo de abogados, con quienes luchó por su inocencia, hasta que fue sentenciado por ‘fraude electrónico’.
Clark murió, posteriormente, mientras dormía; días antes había consumido alcohol en exceso y fármacos, por lo cual el diagnóstico de su muerte se relacionó con la ingesta de estas sustancias. Actualmente, sus abogados sostienen que no cometió ningún delito.
