MADRID, 11 (EUROPA PRESS)
Un equipo dirigido por la Universidad de Exeter capturó insectos migratorios mientras volaban a través de un paso de montaña y secuenció genes activos para identificar cuáles determinan el comportamiento migratorio. Esta información genética se comparó luego con la de los sírfidos de verano --también conocidos como moscas de las flores-- que no migran.
"Identificamos 1.543 genes cuyos niveles de actividad eran diferentes en los migrantes", dijo en un comunicado el autor principal Toby Doyle, del Centro de Ecología y Conservación en el Campus Penryn de Exeter en Cornualles.
"Sin embargo, lo que realmente nos llamó la atención fue la notable variedad de funciones que desempeñan estos genes. La migración es energéticamente muy exigente, por lo que encontrar genes para el metabolismo no fue una sorpresa, pero también identificamos genes con roles en la estructura y función muscular, la regulación hormonal de la fisiología, la inmunidad, la resistencia al estrés, el comportamiento de vuelo y alimentación, la percepción sensorial y para aumentar la longevidad".
Cada otoño, miles de millones de sírfidos migratorios abandonan el norte de Europa y realizan un viaje de larga distancia hacia el sur. Su viaje les lleva a través de los Pirineos donde se concentran a través de puertos de alta montaña.
"Es un espectáculo increíble de presenciar, un flujo interminable de cientos de miles de personas a través de un paso de 30 metros", dijo el coautor doctor Karl Wotton.
Cuando los investigadores comenzaron a ordenar estos genes por función, descubrieron que conjuntos de genes se activaban en conjunto: señales de insulina para la longevidad, vías para la inmunidad y aquellos que conducen a la producción de octopamina, el equivalente en insectos de la hormona adrenalina de lucha o huida, para vuelos de larga distancia.
"Estas vías se han integrado en los sírfidos migratorios y modificados por la evolución para permitir el movimiento de larga distancia", dijo el Dr. Wotton.
El trabajo, publicado en la revista Molecular Ecology, proporciona un poderoso recurso genómico y un marco teórico para dirigir futuros estudios sobre la evolución de la migración.