SANTIAGO (AP) — Los partidos políticos chilenos dieron el jueves un nuevo paso hacia la meta de consensuar otro proceso constituyente que derive en una nueva carta magna que sería plebiscitada hacia fines de 2023.
El oficialismo y la oposición buscan definir una hoja de ruta que lleve a la redacción de otra constitución que reemplace a la vigente, impuesta hace 41 años por una dictadura militar. Un primer intento fracasó a comienzos de septiembre cuando el 62% del electorado rechazó un proyecto elaborado por una convención dominada por la izquierda.
En la cuarta ronda de negociaciones el oficialismo presentó un documento con algunos principios básicos que debería contener el proyecto constitucional, entre ellos que Chile es un país unitario, con separación de los poderes del Estado y un Poder Judicial independiente en el que se respetan los tratados internacionales ya suscritos, todos temas compartidos por la oposición derechista.
Vamos Chile, el bloque opositor, presentó su declaración de principios el viernes último en la que incluyó que la ciudadanía pueda elegir, entre otros ítems, la educación, salud y pensiones de su preferencia y el rechazo al aborto, temas que el oficialismo no abordará porque rechaza fijar de antemano límites a los contenidos de la nueva carta magna.
El presidente del Senado, Álvaro Elizalde, indicó que los documentos presentados contribuyen a aproximar puntos de vistas y posturas, “entendiendo que todavía hay diferencias”, mientras su colega de la Cámara de Diputados, Raúl Soto, agregó que espera que próximamente se concuerde en “cómo establecer un rayado de cancha” o poner los límites para el desarrollo del proceso constituyente.
Ambos son los anfitriones de los encuentros que se desarrollan en la sede del Congreso en la capital chilena, a los que asistentes todos los partidos con representación en ese órgano.
Otro punto que hasta el momento separa a ambos bloques son las características del órgano que escribirá la carta magna. El oficialismo propone que sea una convención 100%, paritaria, con escaños reservados para los pueblos indígenas, mientras la oposición busca alejarse lo más posible de lo que fue la convención que en julio último presentó un proyecto ampliamente rechazado por la derecha y por un sector de la centroizquierda.
Sí coinciden en aceptar la integración de independientes, pero sólo si compiten en listas partidarias, para evitar lo sucedido la vez anterior, cuando la mayoría postuló en listados propios y tras ser electos se organizaron rápidamente en colectivos izquierdistas, que redactaron una carta magna refundacional.
Javier Macaya, presidente de la conservadora Unión Demócrata Independiente, declaró que no se puede permitir nuevamente a Chile “pegarse un salto refundacional”.
El oficialismo y la oposición coinciden en creer que una nueva constitución se plebiscitará a fines del próximo año.