MADRID, 27 (EUROPA PRESS)
Las principales autoridades de Israel y de Líbano han firmado este jueves el acuerdo que delimitará las fronteras marítimas entre ambos países, un hito que ambos han reivindicado por su importancia histórica con matices en cuanto a sus repercusiones políticas.
"No todos los días un país enemigo reconoce al Estado de Israel, por escrito, ante toda la comunidad internacional", ha dicho el primer ministro israelí, Yair Lapid, al inicio de una reunión especial de su Ejecutivo destinada a ratificar este histórico pacto, según 'Times of Israel'.
"No todos los días Estados Unidos y Francia nos respaldan y proporcionan garantías económicas y de seguridad para este acuerdo", ha añadido Lapid, confiado en que Israel sale ganando y se hace más fuerte frente a amenazas en el frente norte, como el partido-milicia chií Hezbolá.
En Beirut, la ratificación ha corrido a cargo del presidente libanés, Michel Aoun, que se ha limitado a hablar de "trabajo técnico". El acuerdo, ha explicado, "no tiene dimensiones o efectos políticos que contradigan la política exterior de Líbano en cuanto a sus relaciones con otros países", informa la agencia de noticias oficial.
El mediador estadounidense, Amos Hochstein, recibirá este martes los documentos ya firmados en una ceremonia en la sede de la misión de la ONU en el sur de Líbano, donde ya se han reforzado las medidas de seguridad para evitar posibles incidentes.
Hochstein ha enfatizado este jueves que espera que este "histórico" día derive en "esperanza, oportunidades económicas y estabilidad" a ambos lados de la frontera, según la agencia de noticias DPA. Líbano vive actualmente su peor crisis económica en décadas.
Líbano e Israel están técnicamente en guerra, por lo que el acuerdo, fruto de dos años de negociaciones indirectas, tiene en cualquier caso una especial importancia simbólica. Afecta a una zona de unos 860 kilómetros cuadrados reclamada por ambas partes y en la que se han descubierto yacimientos de gas natural.
Tanto Israel como Líbano acordaron reconocer la frontera fijada con boyas por Israel, permitiendo a Beirut disfrutar del área al norte de la Línea 23, incluido el campo de Qana, mientras que las autoridades israelíes mantienen el control sobre el de Karish, cuya explotación ya ha comenzado.