Con el objetivo de fomentar la cultura y hacer visible las prácticas culturales que en ellas se expresan y se realizan en los barrios, el grupo parlamentario del PRI en el Congreso de la Ciudad de México presentó una iniciativa de reforma a la Ley de Fomento Cultural capitalina para incluir a los sonideros como actividad expresión humana e inmaterial de la CDMX.
La propuesta fue presentada por la vicecoordinadora de la bancada del PRI, Mónica Fernández César, quien explicó que los sonideros son animadores que programan música, apoyados con equipos de audio, luces y en ocasiones con video, durante bailes públicos callejeros.
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La priista dijo que los sonideros nacieron en los años 40 y se popularizaron en muchas de las actuales alcaldías. Algunos han perdurado un largo tiempo como los sonidos Patrick Miller, PolyMarchs, Winners, la Changa. Otros representan la cultura popular son: Sonido Siboney, Sonido Amistad Caracas, Sonido Berraco, Sonido Súper Dengue y Sonido Marysol, por mencionar algunos.
“Hay sonidos que tiene 60 años de tradición y no se les ha tomado en cuenta. Los sonidos ya no solamente son los que amenizan unos 15 años, cualquier evento familiar o festividad en la colonia. Con esto buscaré que esta actividad que lleva décadas fomentándose en nuestra capital, ahora goce de legalidad y con ello un ambiente de completa seguridad para los asistentes, ya logramos impulsar a los carnavales, ahora vamos por los sonideros”, sostuvo la legisladora en conferencia de prensa.
La diputada local mencionó que la cultura es la expresión humana generadora de conocimiento y de identidad que trasciende a la permanencia sistemas y grupos sociales, “por lo que es necesario se apoye y fomente para sentar identidad y tradiciones fincadas en el patrimonio material, inmaterial, plausibles e intangible que genera la sociedad”, agregó.
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Fernández César indicó que la legislación actual no incluye específicamente a los sonideros como actividad propia del Patrimonio Cultural e inmaterial, aún y cuando es parte de la diversidad cultural que símbolo de nuestra sociedad actual.
La iniciativa fue turnada para su análisis y dictamen a la Comisión de Derechos Culturales del Congreso local, va dirigida a que los sonideros sean incluidos específicamente en la Ley de Fomento Cultural y capitalina y, en consecuencia, fomentar, apoyar y difundir esas actividades.
Entre 1970 y 1990 es considerada la época de oro del movimiento sonidero, gracias al auge que tuvieron los ritmos durante la década 1950-1960. Muchos recuerdan con nostalgia sus orígenes en las vecindades, donde estos sonidos del barrio lograron transformar las calles en pista de baile.
