QUITO (AP) — Los presidentes de Ecuador y de Colombia acordaron en un inusual intercambio de mensajes el miércoles en redes sociales desde las cuentas personales de Guillermo Lasso y Gustavo Petro, respectivamente, realizar una colaboración conjunta para luchar contra el crimen organizado y el narcotráfico en la zona de frontera.
A primera hora de la mañana, Petro escribió en Twitter que buscará el apoyo del presidente ecuatoriano para realizar operaciones conjuntas en la frontera colombo-ecuatoriana "contra las mafias que utilizan la frontera como ruta del narcotráfico”.
Poco más tarde, Lasso, en la misma red social respondió a su homólogo colombiano: “Cuente con nuestra ayuda activa. En nuestro país luchamos contra el narcotráfico, la narcopolítica y el crimen organizado vivamente". Y añadió que Petro puede contar con la colaboración que necesite para ese fin.
En un comunicado, la Secretaría de Comunicación aseveró que en una conversación telefónica posterior al intercambio, ambos presidentes ratificaron la decisión de los dos países de trabajar juntos en la protección de las fronteras “desde los dos frentes". ”Las bandas criminales no tendrán lugar en nuestras naciones", expresó Lasso.
No se conocen las razones por las cuales Petro, un exguerrillero de izquierda, y Lasso, un exbanquero de derecha, iniciaron contactos en esa red social para intercambiar criterios en lugar de acudir a un diálogo directo, como se estila en el caso de dos países vecinos que además comparten una extensa zona limítrofe que va desde el océano Pacífico, pasando por la zona andina, y termina en la Amazonía.
La frontera binacional, especialmente por el lado colombiano, es utilizada por bandas armadas, disidentes guerrilleros, paramilitares, y delincuentes para la producción y comercialización de importantes cantidades de drogas, principalmente cocaína, que exportan principalmente a Estados Unidos y Europa.
Entre las evidencias que alega el Gobierno ecuatoriano de la presencia de bandas de narcotraficantes en el país está la incautación, el año pasado, de 210 toneladas de narcóticos y las frecuentes y cruentas matanzas en las cárceles de este país, donde bandas criminales se disputan la primacía en el control de rutas y territorios de distribución de drogas.
De acuerdo con cifras del Servicio de Atención a Personas Privadas de la Libertad, el año pasado 316 internos fueron asesinados por otros presos mientras que en lo que va de 2022 hubo alrededor de 130 homicidios.
