Laia Sanz: "Tengo ganas de hacer un Dakar 'limpio' y ver dónde puedo llegar"

MADRID, 23 (EUROPA PRESS)

"Por un lado, estoy supercontenta de haberlo acabado porque cuando se ponen las cosas tan difíciles desde el inicio, acabar un Dakar siempre tiene mucho mérito, pero no cumplimos las expectativas y nos queda algo de sabor agridulce. Acabamos, pero sabiendo que podemos ser competitivos y que teníamos ritmo para hacerlo bien", explicó Sanz en una entrevista a Europa Press.

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La catalana tiene claro también que el coche se ha comportado "mejor" de lo que esperaba y bromeó sobre el hecho de relacionar su decimotercera participación con el número de la mala suerte. "Yo no creía en eso, pero al final he pensado que algo de mala suerte sí llevaba", recalcó tras un 'raid' con muchos problemas desde el inicio.

Para la piloto, acabar un Dakar siempre "es muy difícil porque siempre pueden pasar mil cosas que salen de tu control" y por eso valora "mucho" haberlo podido hacer una vez más y mantener su buena estadística de ningún abandono en sus participaciones. "Pero este año me deja un sabor agridulce, sabíamos que podíamos haber hecho mucho más", reiteró.

En este sentido, asegura que no es "fácil" para alguien tan "competitiva" como ella y sabiendo que podían "estar delante" el haber lidiado con tantas complicaciones. "Era tener un problema el día anterior, salir la 140 y comerte la pista lenta. Cuesta salir de ese bucle y hay que tener paciencia, pero de todo se aprende. Tocó este Dakar y había que sacar lo mejor que se pudiera cada día", admitió.

El mayor susto se produjo en la etapa 5 cuando sufrieron un accidente muy fuerte. "He volcado en la Extreme E, pero no fue nada comparable. Creo que fue a 147 km/h y no es agradable, pero lo que más me fastidiaba era saber el por qué porque nos encontramos de golpe volcando. Por suerte no hubo nada que nos parase, el coche fue desacelerando y sólo fue una buena 'centrifugada'", detalló.


"Por suerte es un coche muy seguro, pero nos pensamos que estábamos ya fuera. Nos tomamos cinco minutos para volver a la Tierra, vimos que estaba más o menos bien lo importante, avisamos al equipo y empezamos a desmontarlo. Eso fue inteligente porque cuando llegó el equipo había hecha una parte de trabajo y llegamos a la puerta cerrada muy justos. Luego, hubo un trabajo brutal del equipo, el camión de asistencia y los mecánicos", añadió.

Sanz sabe que en este caso tuvieron "suerte" de que el percance fue en "el kilómetro 30". "Te pasa a la mitad y la asistencia tarda demasiada horas en llegar. Nosotros perdimos relativamente poco y pudimos acabar de noche sin luz y sin frenos, una odisea de las que me voy a acordar y que ahora ya no parece tan 'chunga'", remarcó la española.

"HUBIESE PREFERIDO QUE LAS COSAS NOS PASASEN AL FINAL"

"Hubiese preferido que las cosas nos pasasen al final. Da mucha pena si estás haciendo un gran Dakar, pero sabes que has podido hacer buenas etapas, que era el objetivo. Fue difícil en ciertos momentos, siempre pasaba algo y los últimos días fueron un poco de supervivencia porque en las dunas al 'buggy' le cuesta más, mientras que en las que era más fuerte fue en las que más problemas tuvimos. No salió un Dakar muy bueno, pero me quedo con lo aprendido, estos son con los más que se aprende", advirtió la de Corbera de Llobregat.

La barcelonesa corrió esta edición con un nuevo equipo, el Astara, con el que notó "diferencia" respecto al 2022 con Mini, "un gran coche", pero penalizado por "la reglamentación y los T1+". "Este año al haber ido con un 'buggy', pero con la rueda grande, se notaba mucho y podía correr más. Estoy contenta con la sensaciones y el ritmo, pero no salió prácticamente ningún día bueno", lamentó.

"El coche es bueno, lo que pasa es que fue un proyecto a última hora y nos pilló a todos a contrarreloj y ya empiezas un poco con mal pie. Se puede hacer bien en el Dakar con este coche, pero me gustaría preparar el proyecto del año que viene con más tiempo para estar todos más preparados. A un Dakar se tiene que llegar muy preparado", subrayó Sanz, que "todavía" no ha hablado con Astara de cara a la próxima edición.


La catalana no esconde que le gusta mucho el 'raid' y que su deseo es estar "en un proyecto interesante y para estar delante". "Creo que puedo, si no, no estaría allí. Con la moto empecé aprendiendo y al final estaba entre los 10-15 primeros, en el coche puede pasar lo mismo. Es más complicado encontrar el camino, pero es mi objetivo", recalcó.

Sobre el recorrido, confesó que le ha gustado "mucho". "Ha sido un gran Dakar y felicité a David Castera (director). Ha vuelto a ser un Dakar porque los últimos años estaba dejándolo de ser y no pasaban cosas. Era un poco estilo Baja, se iba muy rápido, pero este ha sido más duro, ha sido un Dakar de verdad", apuntó. "Está bien que no todo el mundo pueda acabarlo, es parte de su magia, algún año era demasiado fácil acabarlo", resaltó.

"CREO QUE EL 'TOP 10-15' ERA REALISTA POR RITMO"

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Y cree que este tipo de recorrido le puede dar "más opciones". "Yendo con cabeza y un poco de estrategia podías hacer un buen resultado. Yo creo que es posible el 'Top 10', pero soy muy 'anti' de decir 'y si' en el Dakar porque entonces todos lo ganaríamos y a todos le pasan cosas. De lo que tengo ganas es de hacer un año 'limpio' y ver dónde puedo llegar. Por ritmo creo que este año el 'Top 10-15' era realista", manifestó.

"Un país tan grande como Arabia Saudí da para mucho más en un Dakar. Argentina y Chile eran muy bonitos, pero acabamos repitiendo mucho y aquí no, tienen espacio de sobra. Lo bueno es que escucharon a los equipos y los pilotos e hicieron un cambio realmente", declaró sobre el futuro del 'raid' en el país asiático.

En cambio, deja claro igualmente que "lo chulo es que haya la mayor igualdad posible" entre los equipos. "Ha estado más movido este año y con más variedad delante, y eso es bueno. Me gustaría ver que todos los equipos tienen opciones", puntualizó la piloto española.

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Sanz considera también que todo lo que le ha pasado le tiene que hacer "más fuerte" y ayudarla a "llevar las situaciones para adelante", y que aunque "siempre hay que analizar para aprender" tras una carrera, prefiere hacerlo "poco". "No quiero martirizarme mucho y quiero pensar en el futuro porque no vale la pena atascarse en este Dakar", confesó.

La española reconoce igualmente que le ha ido "muy bien" llevar dos años en la Extreme E, donde tiene el "honor" de compartir equipo con Carlos Sainz y del que ha aprendido "muchísimo". "Mi evolución ha sido muy grande. Son carreras cortas y pocos kilómetros, pero los he ido aprovechando muy bien para la conducción, la puesta a punto y entender el coche, es una experiencia brutal", relató.

"Carlos me ha sorprendido por la paciencia que tuvo conmigo el año pasado cuando estaba todavía 'verde' porque nadie nace enseñado. Me da muchísimos consejos, no sólo para la Extreme E, sino para todo un poco y le esto muy agradecida", sentenció Sanz.

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