PARÍS (AP) — El Consejo Constitucional francés aprobó el viernes un disputado plan de elevar la edad jubilatoria de los actuales 62 a 64 años, dando una victoria al presidente Emmanuel Macron luego de tres meses de protestas masivas contra la ley que han dañado su liderazgo.
La decisión probablemente enfurecerá a los sindicatos y otros adversarios del plan, que empezaron a concentrarse en diversos lugares el viernes al atardecer. Los adversarios políticos de Macron prometieron seguir presionando contra la ley.
El consejo rechazó varias medidas del proyecto de ley, pero la elevación de la edad era crucial para el plan de Macron y el blanco de la furia de los manifestantes.
Macron tiene 15 días de plazo para sancionar la ley.
En otra decisión, el consejo rechazó un pedido de legisladores de izquierda de permitir un posible referendo sobre la consagración constitucional de los 62 años como edad máxima de retiro. El consejo fallará sobre un pedido similar el mes próximo.
Las fuerzas de seguridad erigieron una barda metálica y montaron guardia sobre el Consejo Constitucional.
Al aumentar las tensiones antes de la decisión, Macron invitó a los sindicatos a una reunión el martes próximo “cualquiera que fuese la decisión del Consejo Constitucional”, dijo su oficina. El presidente no aceptó un pedido de reunión con los sindicatos el mes pasado. Las organizaciones obreras han organizado 12 protestas nacionales desde enero y cumplen un papel crucial al tratar de impedir reacciones excesivas de los manifestantes.
“Las puertas del (palacio presidencial del) Eliseo seguirán abiertas, sin condiciones, para este diálogo”, dijo la oficina de Macron. No hubo respuesta inmediata de los sindicatos.
El plan de incrementar la edad de retiro debía ser la medida estelar del segundo período presidencial de Macron.
La decisión del consejo llega al cabo de meses de intensos debates en el parlamento y fervor en las calles.
Se produjeron protestas espontáneas en todo el país antes de la decisión del tribunal de nueve miembros. Los contrarios a la reforma bloquearon los accesos a algunas ciudades como Rouen, en el oeste, o Marsella, en el sur, lo que ralentizó o interrumpió el tránsito.
Un grupo de personas interrumpió la visita de la primera ministra Elisabeth Borne a un supermercado a las afueras de París coreando “No lo queremos”, en referencia a la forma en que eludió la votación de los legisladores para sacar adelante el proyecto de ley.
La decisión del gobierno de evitar la votación parlamentaria en marzo haciendo uso de poderes constitucionales especiales avivó la furia entre los contrarios a la medida, así como su determinación. Otro grupo esperaba a Borne en el estacionamiento.
“Estamos en una democracia, por lo que todo el mundo puede expresarse”, dijo la primera ministra en declaraciones a la televisora BFM TV. “Mi prioridad es traer la calma” y abordar preocupaciones concretas, agregó. Después, entró al establecimiento para hablar de medidas específicas contra la inflación.
La iniciativa del presidente de aumentar la edad de jubilación de los 62 a los 64 años ha derivado en meses de huelgas y protestas. La violencia de grupos radicales de extrema izquierda marcaron las 12 jornadas de movilizaciones, por lo demás pacíficas, convocadas por los sindicatos desde enero.
Los líderes sindicales han afirmado que se respetarán las decisiones del tribunal. Pero ocho sindicatos enviaron una “declaración conjunta” al Consejo Constitucional en que explicaban su postura.
El sindicato de izquierdas CGT indicó el viernes que había presentado “observaciones más precisas” al Consejo y apuntó que “el gobierno ha secuestrado el procedimiento parlamentario” al incluir la reforma de las pensiones en un proyecto de ley para la financiación de la Seguridad Social, lo que le permitió imponer la medida sin una votación.
“El Consejo Constitucional no puede sino censurar esta reforma brutal e injustificada”, indicó el grupo en un comunicado.
Los sindicatos se han comprometido también a continuar con las acciones de protestas para tratar de que Macron simplemente retire la medida.
“Mientras esta reforma no se retire, la movilización continuará de una forma u otra”, advirtió Sophie Binet, secretaria general de CGT, el jueves.
Laurent Berger, líder del sindicato moderado CFDT, sostuvo que “habrá repercusiones” si el Consejo Constitucional da luz verde al gobierno.
Las encuestas han mostrado sistemáticamente que la mayoría de los ciudadanos franceses se opone a trabajar dos años más para poder disfrutar de las prestaciones de jubilación.