TÚNEZ, Túnez (AP) — Durante seis meses, los grifos de agua serán apenas un goteo cada noche. El agua se ha cortado durante siete horas, de las 21:00 a las 4 de la madrugada, en un racionamiento ordenado por el estado en la mayoría de las regiones del país, incluida la capital, Túnez.
Los tunecinos luchan contra una sequía cada vez más severa en el país norteafricano que ya está en su quinto año, y el gobierno ha impuesto de forma repentina un racionamiento entre abril y septiembre, con multas o penas de prisión para los infractores.
Ahora los hogares necesitarán un suministro de agua embotellada para lavar, utilizar los retretes y preparar comida durante la noche. Las autoridades han prohibido emplear agua potable para regar terrenos de cultivo, zonas verdes en ciudades y limpiar autos y calles.
El nivel de agua en casi todas las más de 30 represas tunecinas ha caído de forma drástica, y algunas están apenas al 17% de su capacidad.
El cambio climático provocado por el ser humano, que está calentando el planeta, ha hecho más probables las sequías en todo el mundo, con temperaturas por encima de la media que secan la tierra y alteran los patrones de lluvia. La sequía ya había castigado Túnez en el pasado, con registros históricos de olivares y cultivos malogrados por la falta de agua.
“En este momento hemos alcanzado la línea roja, la línea de peligro en cuanto a escasez de agua”, dijo Aymen Hmem, miembro de un grupo medioambiental en la localidad costera de Menzel Temime, que tiene una gran represa a sus afueras.
También hay preocupaciones de cara al verano. La temperatura estival puede superar los 40 grados Celsius (104 grados Fahrenheit) en Túnez, lo que aumentaría la demanda de agua y podría provocar protestas por los cortes.
El país ya está sumido en una crisis económica. Las conversaciones con el Fondo Monetario Internacional para un préstamo de 1.900 millones de dólares que ayude a financiar al estado se estancaron el año pasado en medio de tensiones políticas en Túnez.
Con una inflación en torno al 11%, los suministros de alimentos cada vez escasean más en la peor crisis que sufre el país en una generación, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos.
Entonces llegó la orden de racionamiento de agua, que coincidió con el mes sagrado islámico del Ramadán, en el que la gente celebra grandes festines y reuniones al caer la noche y que suele conllevar un uso intensivo del agua.
El Ramadán casi ha terminado, pero el verano y el inicio de la temporada turística aumentarán la presión. El turismo es una importante fuente de ingresos para Túnez, con unos 850 hoteles en un país de unos 12 millones de personas.
Radhia Essamin, el Observatorio Tunecino del Agua, señaló que la decisión de introducir cortes no era sorprendente, pero debería haberse gestionado de otra manera, en especial con una campaña informativa para que la gente pudiera prepararse antes de tiempo.
“Antes de tomar cualquier medida, el ciudadano debe ser (...) concienciado sobre la importancia del racionamiento de agua”, señaló. “Debería haberse publicado un folleto (explicando) el consumo de agua, el almacenaje, las horas y la cantidad que se permite almacenar”.
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Elaine Ganley, en París, contribuyó a este despacho.