VALLADOLID, 26 (EUROPA PRESS)
El varón de origen ecuatoriano R.A.A.L. ha aceptado una condena de dos años de prisión tras reconocerse autor de los tocamientos en el pecho realizados en abril de 2022 a una menor de 14 años, hija de su entonces pareja sentimental, durante la vista de conformidad celebrada este miércoles en la Audiencia de Valladolid.
La referida comparecencia ha hecho innecesaria la celebración del juicio al que las acusaciones pública y particular se presentaban, en principio, con la petición de cinco años para el encausado, quien finalmente ha asumido la comisión de un delito de abusos sexuales a menor de 16 años.
Se aplican al condenado la atenuante analógica de toxicomanía y la atenuante de reparación del daño--ha abonado parte de la indemnización requerida--, de forma que la pena queda reducida a dos años de privación de libertad y al pago, en concepto de responsabilidad civil, de una indemnización de 3.000 euros en favor de la menor.
La condena, recogida por Europa Press, incluye la inhabilitación del condenado durante siete años para cualquier profesión o actividad, remunerada o no, que conlleve un contacto directo con menores de edad, así como la prohibición de acercarse o comunicar con la víctima durante un periodo de cuatro años y libertad vigilada por un periodo de cinco años a contabilizar a partir del cumplimiento de la pena.
Sin embargo, la condena privativa de libertad ha quedado en suspenso--no tendrá que entrar en prisión--al haber acordado la Audiencia Provincial la suspensión de la ejecución de la condena, siempre que R.A.A.L. se comprometa a no volver a delinquir durante los tres próximos años, permanezca a disposición del tribunal y comunique cualquier cambio de domicilio, abone antes del 10 de junio del presente año la totalidad de la indemnización impuesta, cumpla las prohibiciones de comunicación y acercamiento a la víctima, realice un curso de educación sexual y pague una multa de 540 euros.
LOS HECHOS
En el momento de producirse el delito, el 3 de abril de 2022, el acusado vivía con su pareja y la hija de ésta, de 14 años, en un domicilio situado en el Paseo Juan de Austria de la capital vallisoletana, donde durante la mañana de aquel día se produjo una discusión de pareja a resultas de la cual tuvo que intervenir la Policía Nacional para llevarse incluso detenida a la madre de la niña, hechos que han derivado en otro procedimiento distinto.
Pues bien, después de que la policía se llevara detenida a la pareja del ahora condenado, éste se quedó a solas con la hija de la anterior y le propuso ver una película en la televisión.
Para ello se acomodaron juntos en el sofá, de forma que se tumbaron de lado y él se situó detrás de ella. Así, en un momento dado el condenado situó su mano a la altura de la cadera de la menor y la introdujo lentamente por debajo de la camiseta del pijama hasta llegar al pecho, donde la mantuvo unos segundos hasta que tuvo que consultar un mensaje del teléfono móvil.
Una vez atendido el mensaje, el encausado volvió a introducir su mano bajo la camiseta del pijama de la menor y volvió a acariciarla el pecho mientras ella permanecía paralizada, hasta que a la víctima se le ocurrió levantarse para llamar por teléfono a su abuela, quedar con ella, vestirse e irse de la vivienda.