AUSTIN, Texas, EE.UU. (AP) — Un sargento del Ejército de Estados Unidos fue sentenciado el miércoles a 25 años de cárcel por matar a tiros a un manifestante armado durante una protesta contra la injusticia racial en Texas, aun después de que el gobernador republicano del estado dijo que quería indultar al hombre.
Daniel Perry, de 36 años, fue condenado de asesinato en abril por la muerte de Garrett Foster, de 28, durante una protesta en el centro de Austin en julio de 2020.
“Luego de tres largos años al fin conseguimos justicia para Garrett”, declaró la madre, Sheila Foster, al tribunal.
“Señor Perry, ruego a Dios que algún día elimine todo el odio que tiene usted en su corazón”, añadió.
Clinton Broden, abogado de Perry, dijo en una declaración después de la sentencia que apelará la decisión. Calificó el fallo de “persecución política” y dijo que la defensa “cooperará cabalmente con el proceso de indulto”.
La condena de Perry causó enojo entre sectores conservadores, y el gobernador Greg Abbott ha dicho que firmaría un indulto una vez que reciba la recomendación de la Junta de Indultos y Libertad Condicional de Texas, que está repleta de funcionarios designados por Abbott.
La junta está revisando el caso de Perry por instrucción del gobernador, pero se desconoce cuándo tomará una decisión.
El juez de distrito Clifford Brown emitió una declaración durante la sentencia que no tocó directamente la posibilidad del indulto. Pero insistió en que Perry tuvo un “juicio justo e imparcial” y que la decisión del jurado “merece nuestro honor y merece ser respetada”.
El proceso de indulto es un valioso control del sistema judicial, dijo Broden el miércoles. “Quienes aseguran que el interés que expresó el gobernador Abbott está fundamentado en la política simplemente eligen ignorar el hecho de que fueron únicamente las maquinaciones políticas de un fiscal deshonesto lo que condujo al procesamiento del sargento Perry en primer lugar”.
Perry se encontraba estacionado en Fort Hood, a unos 110 kilómetros (70 millas) al norte de Austin, al momento del tiroteo, y trabajaba como chofer de un servicio de taxi por apps. Acababa de dejar a un pasajero y estaba dando vuelta en una calle repleta de manifestantes.
Perry dijo que estaba tratando de pasar entre la multitud y disparó su pistola cuando Foster le apuntó con un fusil. Testigos declararon que nunca vieron que Foster levantara su arma, y la fiscalía argumentó que Perry pudo haberse alejado conduciendo sin tener que disparar.