BANGKOK (AP) — Al menos 54 personas murieron y más de 185.000 edificios resultaron dañados en Myanmar tras el paso de un poderoso ciclón el fin de semana pasado, informó el jueves la televisora estatal MRTV.
Los problemas de comunicación en las zonas afectadas, donde la infraestructura ya era mala, y el estricto control del gobierno militar sobre la información dejan un velo de incertidumbre sobre la magnitud real de las víctimas y daños.
El ciclón Mocha ingresó por la Bahía de Bengala el domingo con fuertes vientos y lluvias que azotaron un extremo de la vecina Bangladesh y una franja más amplia del estado de Rakhine, en el oeste de Myanmar. Tocó tierra cerca del municipio de Sittwe con vientos de hasta 209 kilómetros por hora (130 mph) antes de degradarse a depresión tropical en lunes a medida que avanzaba tierra adentro.
La Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios señaló que se registró una destrucción a gran escala de viviendas e infraestructura en todo el estado de Rakhine.
“Las necesidades urgentes incluyen albergue, agua limpia, asistencia alimenticia y servicios médicos”, indicó la agencia. “Existen recientes preocupaciones en zonas inundadas sobre la propagación de enfermedades transmitidas por el agua y el desplazamiento de minas terrestres”, un legado del conflicto civil que ha persistido durante décadas en Myanmar.
“El impacto del ciclón también se resintió en el noroeste del país, donde las casas fueron arrasadas por los vientos o el agua. Las fuertes lluvias y vientos también han causado daños en campamentos para desplazados en el estado de Kachin”, añadió la agencia.
Los campamentos para refugiados en Bangladesh, hacia donde huyeron más de 700.000 musulmanes rohinyas en 2017 para escapar de una brutal campaña de contrainsurgencia, evitaron el impacto directo de la tormenta y no reportaron víctimas fatales, gracias en parte a una evacuación bien organizada, pero las viviendas resultaron gravemente dañadas.
Muchos rohinyas que se quedaron en Myanmar después de perder sus casas en los ataques de las fuerzas de seguridad en 2017 se establecieron en hacinados campamentos para desplazados a las afueras de Sittwe, en donde las frágiles viviendas en tierras bajas aparentemente fueron arrasadas por las marejadas ciclónicas.
Existen temores de que pueda haber muchas muertes en los campamentos de Sittwe, pero la confirmación independiente es complicada debido a las condiciones que dejó la tormenta y a las restricciones del gobierno con el objetivo de aislar a los campamentos.
Un rohinya que realiza labores humanitarias en uno de los campamentos declaró por teléfono el jueves que las autoridades les habían ordenado no facilitar información a los medios de comunicación.