MADRID, 19 (EUROPA PRESS)
Bajo el título 'Índices de extremos climáticos para la detección y monitoreo del cambio climático', Irurzun ha expuesto los usos potenciales de esta herramienta en el ámbito de la botánica, así como los avances futuros en los que están trabajando.
Como ha explicado el investigador, la aplicación surge de la necesidad de generar datos para realizar investigaciones, en un principio, por la propia necesidad del Jardín Botánico Carlos Thays que, en sus 125 años de historia, no contaba con información al respecto.
Así, ha detallado que un equipo de investigadores --entre los que se encuentra también el ingeniero agrónomo Fernando Cano-- ha creado una base de datos con 30 índices de extremos climáticos o estadísticas anuales del clima, de los cuales 27, según Irurzun, "estaban desarrollados, pero muy poco aplicados".
"Los 27 índices de diagnóstico de extremos climáticos desarrollados por el Equipo de Expertos en Detección de Índices del Cambio Climático (ETCCDI) del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) permiten monitorear y caracterizar objetivamente la variabilidad y el estado actual del cambio climático en una región o en un lugar determinado", ha señalado.
No obstante, ha precisado que, aunque en el cambio global que está experimentando el planeta confluyen muchos factores, en territorios con clima mediterráneo (como es el caso de la Península Ibérica) el incremento de temperatura y la disminución de las precipitaciones son las variaciones "más importantes" que predicen el cambio climático.
De este modo, la aplicación permite obtener información enfocada a otros aspectos o mediciones, además de obtener información sobre los días de verano (aquellos con temperaturas superiores a los 25ºC) de una determinada localización y ver su evolución a lo largo de los años. La innovación de esta herramienta, respecto a otras ya existentes, reside en la posibilidad de "elegir el índice y otros umbrales de tiempo".
Irurzun ha ejemplificado el uso de la aplicación con datos obtenidos de la estación meteorológica Villatusa (próxima a la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires), mostrando las cifras de la noches y días tropicales en esa ciudad y cómo se ha producido un incremento de los valores en los últimos 40 años, siendo más acusado y superando la media en la última década.
Además, el investigador ha destacado la utilidad de la herramienta para poder conocer los posibles cambios en la época de plagas de insectos y ayudar a gestionar las mismas, así como para la observación de los cambios fenológicos de plantas que están sometidas a temperaturas altas, entre otras cuestiones.