ANCHORAGE, Alaska, EE.UU. (AP) — Investigadores han concluido que existe “un riesgo raro, pero real” de que un tsunami causado por un sismo podría inundar partes de la costa de Anchorage bajo ciertas condiciones, de acuerdo con reportes de un periódico, lo que supone un cambio con respecto a lo que se pensaba hasta ahora sobre el riesgo que corría la mayor ciudad de Alaska.
Anteriormente, los investigadores señalaron que las aguas poco profundas de la ensenada de Cook podrían funcionar para reducir el poder de un tsunami. Pero eso no se basaba en modelos científicos, comentó Elena Suleimani, autora del reporte y modeladora de tsunamis del Centro Sismológico de Alaska, reportó el periódico Anchorage Daily News.
"Hasta ahora, nuestra comprensión del riesgo o del nivel de exposición al peligro era sólo anecdótica”, dijo Suleimani.
Los hallazgos del estudio elaborado por la Universidad de Alaska en Fairbanks y la División de Estudios Geológicos y Geofísicos de Alaska, publicado el miércoles, se derivan de un esfuerzo realizado por primera vez para modelizar los posibles efectos del tsunami en Anchorage en función de diversos escenarios sísmicos, según el periódico.
“Para que la energía de las olas del tsunami llegue a la parte superior de la ensenada de Cook coincidiendo con una marea alta natural, debe darse una combinación poco frecuente de magnitud, ubicación y momento del sismo”, afirma el estudio.
Parte del razonamiento para creer que Anchorage no era susceptible fue que durante un terremoto de magnitud 9,2 en 1964 no se observó ningún tsunami en la ciudad, según los investigadores. Sin embargo, mediante el uso de modelos, descubrieron que el terremoto sí produjo un tsunami de 3 metros (10 pies), que pasó desapercibido porque sucedió a las 2 de la madrugada, durante una marea baja de 4,9 metros (16 pies) que hizo que el nivel del agua se mantuviera por debajo de los niveles normales de marea alta.
La modelización del futuro potencial de tsunami para Anchorage evalúa situaciones hipotéticas que implican un seísmo de magnitud superior a 8,5.
El peor escenario posible afectaría sobre todo a los terrenos e infraestructura del parque, como el puerto, pero también podría afectar a algunas viviendas situadas frente al mar, según Amanda Loach, directora de la oficina de manejo de emergencias de Anchorage. La dinámica de la ensenada de Cook es tal que una ola destructiva probablemente se produciría en cuestión de horas, por lo que la gente podría ser advertida con antelación, dijo.
La ciudad y el estado planean trabajar en un plan para hacer frente al riesgo, dijo Loach. Los residentes no deben alarmarse por el informe, pero deben pensar en la preparación, indicó.