NACIONES UNIDAS (AP) — El presidente colombiano Gustavo Petro pronunció el martes una profecía ominosa con un lenguaje grandilocuente, en la que describió un panorama desolador de lo que está por venir si los países no rediseñan rápidamente la forma como los humanos vivimos en este planeta.
“Ha sido un año en que la humanidad ha perdido y ha avanzado sin titubeos los tiempos de la extinción”, dijo Petro en su discurso en la Asamblea General de la ONU. “Pareciera que la dirigencia mundial se hubiera enemistado con la vida”.
La elocuencia oratoria es una habilidad que Petro utiliza a menudo. Últimamente, lo ha hecho para proyectarse como un líder mundial en materia de cambio climático, y para reprochar a otros dirigentes que no prestan la debida atención a su peligro. En la Cumbre Amazónica de Brasil, celebrada en julio, acaparó la atención al pedir a sus vecinos productores de petróleo que abandonaran los combustibles fósiles y afirmar que permitir que se siga perforando mientras se reclama una transición ecológica equivale a negarlo.
En las Naciones Unidas, señaló que lo que él llama como “la crisis de la vida” ya ha empezado, como lo demuestra la migración de refugiados climáticos, y advirtió que en el próximo medio siglo, sus cifras alcanzarán los 3.000 millones de personas. Su país, hoy cubierto de frondosos bosques, se transformará en un desierto y, afirmó, sus habitantes huirán en masa, “ya no atraídos por las lentejuelas de la riqueza, sino por algo más simple y vital: el agua”.
Petro dijo que los seres humanos "nos hemos dedicado a la guerra”, que ha desviado la atención y los recursos del desarrollo de objetivos y de la crisis climática, que señaló era “la madre de todas las crisis”.
Su discurso por momentos parecía una prosa literaria, en específico su caracterización del flujo migratorio. En la transcripción del discurso, la palabra “Vida” aparece frecuentemente en mayúsculas.
“Ha iniciado desde los rincones más alejados del planeta, desde los últimos lugares, una marcha silenciosa de gentes de culturas diferentes que se mezclan en los caminos, como en una pintura de infinitos matices”, dijo Petro. “Los colores se van mezclando en una marcha incontenible, una multitud de todos los colores avanza por trochas, por mares, por selvas. Va configurando una especie de obra de arte en el lienzo de la tierra. Un fluido de tonos, sonidos, de vestimentas diferentes y culturas se amalgaman sin perder sus inicios”.
Petro concluyó su participación señalando que quiere que sus tres nietos vivan "alejados del apocalipsis y de los tiempos de la extinción”.
“Quiero que vivan en los tiempos en donde el ser humano supo dejar de matarse en el planeta y logró, entendiéndose en su propia diversidad de las culturas, cumplir su misión: expandir el virus de la vida por las estrellas del universo”.
