MADRID, 6 (EUROPA PRESS)
De este modo, Rusia alivia en parte el veto impuesto hace unas semanas a las exportaciones de combustible con el fin de estabilizar el mercado interior, donde la escasez de diésel había empujado al alza los costes, provocando una escalada de los precios en todo el mundo.
Asimismo, para evitar posibles "exportaciones grises", el Gobierno ha anunciado que, tras el levantamiento de las restricciones actuales a la exportación de combustible fuera del país, se ha introducido un impuesto protector sobre los productos petrolíferos.
El importe del gravamen aplicado será de 50.000 rublos (475 euros) por tonelada para los proveedores de productos petrolíferos de terceros, aquellos que los compran en el mercado para revenderlos posteriormente.
"Así, el Gobierno reprime los intentos de los revendedores de comprar combustible por adelantado para su posterior exportación una vez que se levanten las restricciones actuales", ha indicado el Gobierno ruso.