MADRID, 20 (EUROPA PRESS)
Se trató del módulo ruso Zarya, que viajó al espacio en un cohete Protón lanzado desde Baykonur. Proporcionaba propulsión, control de actitud, comunicaciones y energía eléctrica, pero carecía de las funciones de soporte vital a largo plazo.
Dos semanas después, el módulo pasivo de la NASA Unity fue lanzado a bordo de la misión STS-88 del Transbordador Espacial y acoplado a Zarya por los astronautas durante caminatas espaciales. Este módulo tenía dos Adaptadores de Acoplamiento Presurizados (PMAs), uno permanente con Zarya y el otro permitía al Transbordador Espacial acoplarse a la estación. En aquel momento, la estación rusa Mir seguía estando ocupada y la ISS se mantuvo vacía dos años, informa Wikipedia.
El 12 de julio de 2000, el segundo módulo ruso Zvezda fue lanzado a la órbita, y su ordendador de a bordo asumó el control de la estación al de Zvezda poco después del atraque con el complejo Zarya-Unity. Zvezda añadía dormitorios, baño, cocina, depuradores de CO2, deshumidificador, generadores de oxígeno, equipamiento de ejercicio y comunicaciones por voz y vídeo con control de misión. Esto permitió la ocupación permanente de la estación, con la tripulación de la Expedición 1 con tres integrantes que llegó en el mes de noviembre.
Tras sumar otra docena de dependencias, esta estación espacial es tan grande actualmente como un campo de fútbol, con 100 metros de largo y 80 metros de ancho. Su peso ronda las 455 toneladas. Se espera que siga operando hasta 2030.