MADRID, 7 (EUROPA PRESS)
Don Felipe ha sido tradicionalmente quien ha representado a España en este tipo de actos desde 1996, primero como Príncipe de Asturias y luego ya como Rey. Este año ya estuvo el 1 de enero en la toma de posesión de Luiz Inazio Lula da Silva en Brasil y en agosto se desplazó a Paraguay para la de Santiago Peña.
El Rey viaja siempre acompañado por un miembro del Gobierno, por regla general el ministro de Asuntos Exteriores, pero ya en el pasado ha habido otras ocasiones en las que ha sido el responsable de Iberoamérica en el Ministerio quien lo ha hecho, la última vez precisamente el pasado agosto.
En esta ocasión, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, tiene que presidir el lunes en Bruselas el último consejo europeo de Exteriores de la Presidencia española.
El monarca se trasladará el sábado a Buenos Aires donde previsiblemente mantendrá sendos encuentros con el presidente saliente, Alberto Fernández, y con el entrante, como suele ocurrir en este tipo de desplazamientos.
Don Felipe coincidirá en la capital argentina con varios mandatarios de la región que han confirmado su asistencia, entre ellos los que figuran los presidentes de Chile, Uruguay o Paraguay, así como con el líder de Vox, Santiago Abascal, quien mantiene una estrecha relación con Milei y ha sido invitado por este.
SIN FELICITACIÓN OFICIAL A MILEI
El hecho de que el Ejecutivo no hubiera felicitado expresamente al candidato ultraliberal por su victoria en segunda vuelta frente al candidato peronista, Sergio Massa, al que brindó su respaldo el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, había generado especulaciones sobre si el Rey acudiría a su toma de posesión.
Tras ser elegido presidente Milei el pasado 19 de noviembre, el Ministerio de Asuntos Exteriores publicó un comunicado en el que deseaba "éxito" a los argentinos en la "nueva etapa" que se inicia tras haberse pronunciado "democráticamente".
"España continuará impulsando la relación con Argentina en favor del bienestar y la prosperidad de nuestros pueblos, tanto en el plano bilateral como en los ámbitos iberoamericano y multilateral", indicó entonces el departamento que encabeza Albares.
En este sentido, defendió que los intereses compartidos entre los dos países y "la intensa relación histórica entre ambas sociedades debe ser la base de la agenda entre ambos gobiernos en la que España se propone seguir trabajando".