Aproximadamente 35 años después de que se encontrara el cuerpo de un niño de cinco años cerca de la casa en la que residía con su familia en el estado de Carolina del Sur, Estados Unidos, el padre y la madrastra del niño han sido arrestados y acusados del asesinato.
Victor Lee Turner y Megan Lee Turner, que anteriormente se llamaba Pamela, han sido arrestados y acusados de la muerte de Justin Lee Turner en 1989 después de que la Oficina del Sheriff del condado de Berkeley en Moncks Corner reabriera el caso sin resolver en 2021, ha informado la oficina del sheriff en un comunicado de prensa recogido por la CNN.
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El caso fue revisado por la “posible aplicación de tecnología nueva o no utilizada” en abril de 2021, lo que llevó a la agencia a reevaluar la evidencia física de la escena del crimen y la autopsia, ha dicho el sheriff, por lo que las pruebas fueron enviadas a patólogos forenses y al laboratorio forense de la División de Aplicación de la Ley de Carolina del Sur para su análisis.
La investigación finalmente ha conducido a cargos contra la pareja y a su arresto en su residencia en Cross Hill antes de ser transportados al Centro de Detención Hill-Finklea para su detención, según la oficina del sheriff.
Una declaración jurada proporcionada a CNN dice que los Turner denunciaron falsamente la desaparición de su hijo a la oficina del sheriff el 3 de marzo de 1989, alegando que había desaparecido en el autobús escolar que le transportaba; sin embargo, testigos confirmaron que el niño nunca estuvo en el autobús ni asistió a la escuela ese día.
Los investigadores creen que el niño fue asesinado a última hora de la tarde del 2 de marzo o temprano en la mañana del 3 de marzo de ese año.
Dos días después de su desaparición, los detectives encontraron el cuerpo de Justin dentro de la camioneta de la pareja en la propiedad familiar cerca de su casa, según declaraciones juradas.
“La ubicación específica dentro de la caravana donde el delincuente ocultó el cuerpo sugiere altamente familiaridad con la caravana y su plano de planta”, asegura el documento, señalando que sólo la pareja poseía las llaves para darles acceso al vehículo.
La investigación de la escena del crimen, el análisis forense y los resultados de la autopsia han establecido que Justin “murió por asfixia debido a estrangulamiento por ligadura poco tiempo después de consumir su última comida”.
En última instancia, la investigación ha determinado que los Turner fueron las “últimas y únicas personas” que vieron a su hijo con vida e interactuaron con él antes de su muerte. Los detectives determinaron que Justin no abandonó la residencia familiar por su propia voluntad y fue “llevado desde la residencia a la caravana”.
El análisis de laboratorio forense de la División de Aplicación de la Ley de Carolina del Sur ha determinado que la ligadura encontrada dentro de la residencia de los Turner tiene las características físicas capaces de causar heridas de estrangulamiento en el cuello del niño.
La investigación determinó que la ligadura recuperada de la residencia era “un arma probable utilizada para estrangular y matar intencionalmente a la víctima”, asegura la declaración jurada.