El 2 de febrero se celebra el Día de la Candelaria, una de las fechas más esperadas en México. Además, es el día en que muchos se reúnen para degustar los tradicionales tamales y vestir al Niño Dios, recordando la fecha en que el niño Jesús fue presentado por primera vez en la Iglesia.
Vestir al Niño Dios puede costar entre 100 hasta más de mil pesos, y la ropa se puede adquirir en los mercados y romerías instalados en las calles de la Ciudad de México. Según datos del INEGI, el 70% de los mexicanos aún celebra la tradición de vestir al Niño Dios.
Según la tradición católica cada 2 de febrero hay que llevar al Niño Dios a bendecir a la iglesia, siguiendo el ejemplo de María y José. Un dato importante es que este día marca el fin de la Navidad, ya que han pasado 40 días desde el nacimiento de Jesús.
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¿De dónde viene la tradición de vestir al Niño Dios?
De acuerdo con la Iglesia Católica, el 2 de febrero se conmemora a la Virgen de la Candelaria, una tradición que inició en las Islas Canarias, España, donde se celebra con un desfile militar ante el presidente y el Rey.
En México, es costumbre que las personas a las que les sale el muñeco en la Rosca de Reyes sean los encargados de realizar la tradicional tamaliza y llevar a bendecir al Niño Dios, algunas familias buscan madrinas o padrinos, considerándolo un privilegio.
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¿Cómo se debe vestir al Niño Dios?
En las iglesias, se pueden observar niños con el tradicional ropón del Sagrado Corazón, pero también otros van vestidos como profesionistas, enfermeros e incluso con ropa de equipos de fútbol.
La Iglesia indica que le primer año el Niño Dios debe ser vestidos con un ropón blanco; en el segundo año, se le puede vestir con un ropón azul, rosa o alusivo al Santo Niño de Atocha, al Sagrado Corazón. En el tercer año, se presenta al niño en un trono con un cetro, como un rey o emperador del universo.
En los años siguientes, la vestimenta puede variar o el niño puede quedarse de la misma manera, guardado por la familia que ejerce el padrinazgo. La figura del Niño Dios representa a Cristo recién nacido.