La inflación es una variable económica que sin importar el partido, ideología o corrientes con las que se simpatice, se protege como a ninguna otra debido a su importancia para la estabilidad macroeconómica del país. México durante las últimas décadas se había caracterizado por mantener tasas de inflación bajas y estables, esto gracias a la estrategia basada en objetivos que mantenían la cifra alrededor del 3%.
En la actualidad la inflación ha roto cualquier expectativa, presentando crecimiento acelerado alcanzando el 7.65%. Desde que inició el año los bolsillos de los mexicanos comenzamos a resentir los impactos del aumento generalizado de precios.
Sin embargo, para el mes de abril encontraba su cumbre afectando directamente a la canasta básica. Productos fundamentales en la dieta mexicana incrementaron su costo abruptamente en comparación con abril del año anterior, el caso más notable es el aguacate con un 62.17%, el jitomate presentó un alza de 24.49% además del maíz con 11.46%.
Es notable que son productos que los habitantes de la nación consumen día a día y que a partir de la explosión en precios tenían que comprar menos o en el peor de los casos optar por no adquirirlo.
Haciendo un ejercicio de comparación, el salario mínimo en nuestro país es de $172.87 pesos, por lo tanto, un kilo de tortilla asciende a $20 pesos en promedio, si a esto añadimos otros productos como un kilo de aguacate que cuesta aproximadamente 120 pesos, simplemente ambos suman más de la mitad del salario mínimo.
Por lo tanto, el sistema económico actual no beneficia en lo absoluto a los residentes del país, la falta de oportunidades de empleo y el olvido de políticas públicas de desarrollo traen como consecuencia que México se encuentre en una complicación económica sin precedentes.
La esperada recuperación económica posterior a la crisis sanitaria por covid-19 no se materializó, todo lo contrario, los precios van al alza con un mayor número de limitantes económicas.
López Obrador lanzó un programa con el fin de combatir la preocupante situación económica, el Paquete contra la Inflación y la Carestía (PACIC) a través de 16 medidas que son cuestionables y poco realistas, algunas se pueden destacar como lo es el congelamiento de 24 de los 40 productos que integran la canasta básica; pero estas decisiones no son sostenibles al largo plazo ya que la iniciativa privada está dispuesta a cooperar únicamente por seis meses.
Se necesita mucho más que un plan emergente para devolver la estabilidad a la economía mexicana, necesitamos un proyecto que genere medidas a corto, mediano y largo plazo ya que el aumento de precios es un tema muy delicado que se puede tornar en una de las peores pesadillas para los países.
No perdamos de vista el caso de Venezuela en nuestro propio continente, ya que de seguir en este ritmo la cifra se puede salir de control dejando pocas alternativas para regresar y sobre todo garantizar el bienestar de las y los mexicanos.
La transformación de López Obrador ha resultado ser una verdadera tragedia. Al tiempo…