Donde no hay movimiento hay estancamiento. En cualquier área de la vida, lo que no se mueve, se descompone y se echa a perder. La naturaleza de la vida es constante cambio y movimiento continuo.
El estancamiento conduce a la acumulación de productos, ideas, situaciones, emociones, y esto causa degeneración y enfermedad. En el lado opuesto, el cambio nos trae renovación y rejuvenecimiento. Dios tiene un hermoso plan para cada uno de nosotros, y cada uno de nosotros tiene un espacio en la vida destinado para nuestro mayor bien y más grande brillo.
Cuando alcanzamos ese lugar, podemos lograr la enorme dicha y satisfacción de Ser. Pero para lograrlo, tenemos que ser sujetos de cambios, flexibles y atentos a las adaptaciones que nos va pidiendo la vida.
Si vemos una foto de nuestra vida adulta de hace 15, 20 o 30 años, y sentimos que seguimos casi igual, con muy pocas variaciones, pensando lo mismo, hablando de lo mismo, relacionándonos de la misma manera, con el mismo tipo de personas, y, sobre todo, con muy pocos cambios internos, entonces quiere decir que algo se ha quedado un poco estancado.
La vida no se detiene y a esta escuela venimos, principalmente, a aprender, por eso tiene un tiempo limitado, con lecciones específicas, a veces muy duras, y por eso también, absolutamente todos, nos vamos de ella cuando nos llega el tiempo de la graduación.
Así que quedarnos rígidos, paralizados y congelados en el tiempo, a veces se convierte en un tremendo desperdicio de crecimiento. No hay amor sin sacrificio y no hay sacrificio sin amor. Una joya fue antes una piedra en bruto que tuvo que ser pulida por la fricción.
Por eso a los seres humanos en camino a nuestro aprendizaje y pulimento, se nos regalan las pruebas y los retos. Pero para evolucionar, requerimos de nuestra disposición a los cambios, a todo aquello que nos traiga aprendizaje, para que la mente, el corazón y la fuerza de voluntad se vuelvan uno con el alma. Recuerde que una vida feliz no radica en la ausencia de dificultades, sino en su dominio. Quedarse estancados es mantener la ilusión de que podemos mantener las cosas iguales para siempre, y eso, en la realidad, no sucede.
Así que es mucho mejor opción darle movimiento a todas esas cosas o situaciones en donde sienta que su Ser le ha dicho desde hace mucho tiempo, que usted se ha frenado. Generalmente, la parálisis viene del miedo irreal a creer que si soltamos, si dejamos ir, si renovamos, vamos a perder algo, a sentirnos vacíos, a sufrir, pero recuerde que a los mejores momentos de su vida, siempre les precedió un escenario diferente, en el que tal vez usted no quería moverse y no quería ese cambio, pero la vida le sorprendió con una experiencia maravillosa que, durara lo que durara, dejó una huella imborrable en su vida, para bien.
Sea sumamente honesto consigo mismo para reconocer aquello en lo que se ha quedado estacionado, y saque, tire lo que no le sirva, regale lo que no ocupa, cierre ciclos, concluya pendientes, hable lo que tenga que decir, enmiende lo que deba, aprenda cosas nuevas, regenérese, pero, por favor, no se detenga.