Karla Cienfuegos.
Estamos en la fecha en la que honramos a los que ya no están hoy con nosotros, los recuerdos se acercan, recordamos sus comidas favoritas, sus formas de estar con nosotros, aquello que nos dejan… son fechas que se llenan de colores en esos altares en casas, calles; pero también de nostalgia al recordar a los que ya no están.
Muchas veces, cuando hablamos de honrar y recordar evocamos inmediatamente a los que murieron, sin embargo, nos hemos cuestionado ¿qué sucede con los que se han ido de nuestra vida?, esas personas que dejan de estar sin morir, ¿Cómo podemos ir renovando estas relaciones?
¿Cuándo decidimos revocar estas membresías en nuestro club de vida?, ¿Qué pasa si pensamos en ese club de vida?, ¿Cuáles son esas personas que han sido nuestro equipo?, ¿Qué cuidamos y valoramos?
Para brindar esa membresía de pertenencia, ¿Qué valores, sueños, esperanzas, nos acompañan cada que incluimos a alguien a formar parte de nuestro equipo?, ¿Cómo identificas a esas personas que les das el boleto para estar contigo?
Y como bien decíamos al inicio de este artículo, en este mes nos encontramos recordando y honrando a los que ya no están con vida. Aun así, muchas veces los recordamos y honramos, sin que tenga que haber una fecha especial, simplemente recordamos sus mejores momentos, las enseñanzas que nos dejaron, los valores compartidos y cada día, en cada momento, podemos decirles Hola de nuevo, con esas pequeñas acciones, abrazando y atesorando las experiencias vividas y compartidas con nosotros.
Dentro de esta metáfora de decir “hola de nuevo”, surge la posibilidad de la resolución del duelo, y así continuar con la relación de los seres queridos que murieron, resaltando los aspectos de la misma persona, ya que a muchas personas les cuesta trabajo decir adiós; de esta manera, es como se abre la posibilidad de no cortar la relación con sus seres queridos, sin vivir un duelo patológico.
Ya que en nuestra cultura se puede decir que, no hay muerte sin ritual, cualquiera que sea la manera en que nos despedimos de nuestros seres queridos… y como, cada año, o en cada momento, vamos reforzando esos lazos y estas formas de querer estar cerca.
En este sentido, estaríamos diciendo, también, cómo nos gustaría que nosotros fuéramos honrados, recordados, queridos.
¿Qué sería aquello que pudiera representarnos?, ¿Qué es eso con lo que contribuimos a nuestros seres cercanos?, ¿Qué se expresaría en nuestro club de la vida sobre nosotros?, ¿Cuáles son los mejores deseos que tendrían ellos para nosotros? Muchas de estas cosas suceden en historias, canciones, música, olores, rituales o dichos, que nos recuerdan particularmente a esta persona, o la conexión que teníamos con ellos.
Digamos hola de nuevo a nuestras historias, conexiones, relaciones, seres queridos, amigos, que dejamos de contactar, pensando en un después, antes de que sea tarde.
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