Difiero como ciudadano de la reciente afirmación del presidente: “La inflación preocupa, pero no para alarmarse”. Yo sí considero que no sólo preocupa, sino que también alarma el hecho de que el impuesto más caro de los mexicanos esté disparado.
A enero de 2023, el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) presentó una variación de 0.68% con respecto al mes anterior y situó la inflación en 7.91%.
Al tercer trimestre de 2022 se situó en 8.7%, derivada de la inflación subyacente (que incluye los alimentos que se consumen todos los días como el huevo, el pan, la tortilla y la leche), que es la que más golpea al bolsillo de los mexicanos.
Al día de hoy, dicha inflación subyacente se encuentra en 8.35%, es decir, con mucha presión.
Con esto deducimos que la inflación se ha estabilizado porque los precios continúan altos, pero claro que es alarmante porque las micro, pequeñas y medianas empresas representan el 72% de los empleos del país.
Ellas se ven afectadas, en general, en sus materias primas e inmuebles, sin un aumento salarial que lo compense.
El sector alimentos alcanzó un incremento de 13.4%, mientras que los alimentos procesados subieron a 14.14%.
Este dato impacta directamente a los sectores más desprotegidos, obviamente de menores ingresos, que destinan una parte importante de sus percepciones a la alimentación, es decir, el sector más pobre de la población es el más afectado por la inflación ante este déficit de gasto familiar.
Por otra parte, las tasas de interés están en el 11% y no podemos confiarnos de la inversión extranjera directa, que actualmente se sitúa en 35 mil millones de dólares, ya que sería apostar la estabilidad del peso contra el dólar y la historia ha demostrado que cambian con mucha facilidad.
Además, esto también ha impactado ya a la vivienda, ya que ahora las personas tienen que pagar 15% más caro para construir, por lo que prefieren rentar, no pudiendo en consecuencia hacerse de su propio patrimonio.
Reitero también que la inflación sí es alarmante ante el panorama actual del país: 55.7% (55.7 millones) de los mexicanos se encuentra en situación de pobreza: 44.9% (44.9 millones) en pobreza moderada y 10.8% en pobreza extrema (10.8 millones).
Según datos de Coneval y su Medición de la pobreza 2020/Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares del INEGI, y 51.6 millones de personas en pobreza laboral, es decir, 40.1% de la población (Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo ENOE, INEGI 2022). Por desgracia, con la inflación no podrán acabalar su alimento ni vivienda.
La realidad es que los niveles de inflación actuales en nuestra economía son importados o son derivados de nuestro propio desempeño económico. Estamos en una crisis, o estamos a punto de entrar en una, y en el mismo orden estamos siendo arrastrados por una crisis mundial debido a nuestro propio desempeño económico, que no ayuda.
El crecimiento mundial del PIB se muestra estancado en 3.2%, y ha mostrado a un retroceso hasta niveles 2.9 - 2.7% del PIB. Las economías del mundo sufrirán una crisis debido a la alta inflación, efectos residuales de la pandemia y derivados de la guerra en Ucrania.
Atraer la generación de empresas e inversión es lo que se necesita para paliar el alza generalizada en el mundo de las materias primas y los altos costos de la guerra como el crimen de crímenes.
Sin embargo, el presidente no quiere hacer su parte, sino que incluso ha sugerido que el Banco de México se ocupa también del crecimiento económico, contraviniendo ello a sus obligaciones estipuladas en el artículo 26 de la Carta Magna.
Con su declaración, el presidente lo único que está haciendo es evadir y minimizar el tema, ya que expone su mala política económica y como ha querido controlar todas las decisiones de índole económica desde Palacio Nacional.
Se está disculpando de alguna manera de lo que no ha hecho y de lo mal que ha hecho…. y como siempre busca que no volteemos a ver lo que realmente importa.