El 3 de marzo se conmemora por las Naciones Unidas el Día Mundial de la Vida Silvestre, que nos invita a celebrar la belleza y la variedad de la flora y la fauna salvajes para crear conciencia sobre su importancia para la vida y la urgente necesidad de combatir los delitos contra el medio ambiente y la disminución de especies por las actividades humanas que no son sostenibles y generan terribles consecuencias no sólo medioambientales, sino también económicas y sociales.
Justo antes de la llegada de la primavera, es muy oportuno reflexionar en la trascendencia que las especies de flora y fauna silvestres tienen para nuestros ecosistemas, incluida por supuesto la supervivencia humana.
Los efectos de la Pandemia por COVID-19 son un claro recordatorio de que cuando se pierde el balance entre los ecosistemas de la Tierra y las actividades del ser humano, estamos cruzando una línea sumamente peligrosa.
Las tendencias en el planeta hacia lo sostenible son cada vez más evidentes, y nosotros, al nivel de influencia que tengamos, podemos contribuir de manera muy relevante.
Este año, el tema del Día Mundial de la Vida Silvestre “Alianzas en favor de la conservación de la vida silvestre” rinde un homenaje a todas aquellas personas que marcan la diferencia, agrupadas en asociaciones internacionales, organismos no gubernamentales, movilizaciones comunitarias o sencillamente actividades que ayudan a generar conciencia.
Aunque parezca poco lo que podemos hacer como individuos, la suma de todos es lo que marca la diferencia. No debemos bajar la guardia y dejar de señalar aquellas decisiones y actos que atenten contra el medioambiente en favor de intereses particulares.
Es fundamental encontrar la vía para que podamos seguir habitando el planeta y contribuir al balance y a la convivencia entre los hábitats terrestres y la oportunidad de desenvolvernos y evolucionar en un medio natural.
El Instituto de Defensa Animal de Estados Unidos, AWI, recomienda acciones efectivas con las que todos podemos ayudar en este tema, por ejemplo: hacer saber a los funcionarios federales y estatales que apoyamos y pedimos políticas que protejan la vida silvestre.
Hacer que nuestro patio o que las macetas de nuestros balcones sean amigables con la vida silvestre plantando especies nativas de flores, árboles y arbustos que provean a estos animales de comida, refugio y un lugar para criar familias.
Aprender qué especies de plantas nativas del lugar en donde vivimos son aptas para atraer aves y mariposas; reducir la cantidad de pasto o césped en los jardines abiertos; evitar el uso de pesticidas, insecticidas, herbicidas o fertilizantes químicos que produzcan envenenamiento de la vida silvestre y que también son tóxicos para los animales de compañía.
Reducir la iluminación nocturna cuando y donde sea necesario; reconsiderar la limpieza de otoño: las hojas, las cabezas de flores muertas y los pastos ornamentales brindan alimento y refugio fundamentales para pájaros, mariposas, abejas y otros insectos beneficiosos durante el invierno; si construye, busque conservar el entorno en el que viven los animales.
Participe siendo voluntario en organizaciones de su área que reforesten, y que trabajen para restaurar bosques nativos, pastizales y ecosistemas costeros; organice o participe de sus propias campañas de limpieza de basura local para ayudar a proteger los hábitats de especies en peligro y otra vida silvestre.
Utilice materiales reciclables. Todos y todo cuenta para conservar la vida silvestre. Hagamos lo que nos toca.