El entorno es una extensión de uno mismo, por lo tanto, no se puede estar tranquilo o en armonía si los espacios en los que vivimos, trabajamos o estamos no tienen buena energía. El orden comienza en casa.
Hay conocimientos y prácticas ancestrales que han tomado fuerza y popularidad en las últimas décadas, como el Feng Shui, o como las nociones de la geometría sagrada, que nos brindan una guía práctica con la que podemos reordenar los espacios para que estos se conviertan en atmósferas armónicas que nos sumen y que no nos resten energía.
Los cinco elementos del Feng Shui (tierra, metal, agua, madera y fuego) provienen de la tradición taoísta y representan las cinco fases interrelacionadas en la vida que trabajan juntas para crear un sistema completo.
No existe nada más sabio y ordenado que la naturaleza, por lo cual, imitarla en todo sentido, incluido en los espacios que habitamos o frecuentamos, permite que recibamos los mayores beneficios de estos.
Cada área arquitectónica y física representa una esfera de nuestra vida, por ejemplo, el dormitorio se alinea con el bienestar general ¡y es el lugar donde se rejuvenece! Se vincula con el elemento tierra.
Es bueno incorporar tonos terrosos, cerámica o arcilla, piedras o cristales en la habitación. El baño tiene el flujo de energía más bajo de todas las habitaciones, por ser un área de desecho, sin embargo, el agua está asociada a la prosperidad, por lo que es muy importante que mantenga el baño impecable, que repare todas las fugas de agua y que evite espacios de agua estancada.
Según el Feng Shui, uno de los secretos para sentirse feliz y en paz en casa es asegurarse de que el Chi o la energía vital del espacio fluya libremente, es decir, que no se tengan áreas bloqueadas: los muebles deberán estar colocados de tal manera que si por ejemplo el agua inundara la sala esta no se acumularía más alto en ciertos lugares que en otros.
La presencia de líneas rectas muy prolongadas es dura y provoca que el chi se estanque, y una pared que da a la puerta de entrada, bloquea, así que nunca debe ser el punto focal de ninguna habitación. Como reglas generales, el espacio del hogar se debe mantener limpio y ordenado.
No abuse de los espejos, porque estos son puertas de energía, puede colocarlos en áreas extras o que se consideran de paso. Utilice plantas vivas que aportan energía y frescura en cualquier área de la casa. Organice sus asientos para que pueda ver la entrada desde la sala.
No obstruya la entrada principal, pues esta es el punto principal para que entre el Chi. Repare las cosas rotas lo antes posible, pues no es benéfico tener objetos descompuestos, varados, o estrellados.
En la medida de lo posible permita la ventilación y luz natural. No es indispensable comprar objetos específicos de arreglo y adorno de Feng Shui, pues el espacio de su casa es una extensión de usted, por lo tanto, debe representar sus gustos. No importa el tamaño o el tipo de casa o espacio en el que se habite, siempre es posible mantenerlo con corrientes de energía benéfica y de #EfectoPositivo fluyendo para que su hogar sea su oasis y su templo de recuperación, recarga y descanso.