Una bella ancianidad es, ordinariamente, la recompensa de una bella vida.
-Pitágoras de Samos
Llegar a anciano o anciana, debe ser a los que aspiremos todos, tal vez a nadie nos guste la idea de imaginarnos viejos o viejas, pero si tenemos fortuna, llegaremos a serlo.
En México la expectativa de vida después de la era #Covid19 es de 82 años para los hombres y 87 para las mujeres, en el año 1960 era 53 y 56.5 años respectivamente. Vaya que la ciencia ha avanzado y hoy en día podemos vivir muchos más años.
Aunque tal vez lo importante es COMO vivirlos, desgraciadamente un 47% de los adultos mayores a 65 años tienen ingresos inferiores a la Línea de Pobreza por Ingresos (LPI) de acuerdo a CONEVAL, hoy de cada 100 mexicanos 13 son Adultos mayores a 65 años, en el 2050 se calcula sean, o seamos 23 de cada 100, en pocas palabras, nos estamos haciendo viejos.
En una sociedad que no creo que esté lista ni preparada para su envejecimiento, el sistema de salud nacional es una desgracia, se han recortado recursos federales que a través de ONGs y ACs permitían atender a adultos mayores en condiciones de vulnerabilidad, habrá que reconocer que el incremento a la pensión bimestral a los adultos mayores ayuda a paliar las grandes carencias, este programa a nivel federal lo arrancó el hoy impresentable Vicente Fox, hoy Andrés Manuel López O. Lo ha consolidado como un programa social “Estrella”.
Sin embargo, no habrá nunca recursos suficientes para dar una pensión digna, siquiera suficiente, para que los adultos mayores vivan sin preocupaciones.
En Querétaro hay más o menos 127,000 adultos mayores, de acuerdo a la procuraduría de defensa del adulto mayor, un 30%, más o menos 38,000 estarían en condiciones de vulnerabilidad, eso quiere decir: Sin dinero suficiente para subsistir, sin atención médica, sin hogar, sin familia o peor aún, todas las anteriores juntas.
Tal vez hoy solo me gustaría poner sobre la mesa este tema que hoy es delicado, pero en el futuro cercano será urgente, se debe fortalecer a las instituciones que brindan apoyo a los adultos mayores, se debe procurar más recursos en los presupuestos para atender a esta creciente población. Y hay que decirlo los que hoy seamos adultos en edad productiva, tenemos la obligación de ver por nosotros mismos ante el inminente paso del tiempo, ahorrar, invertir, meterle a la AFORE, lo que sea necesario para que nuestra vejez no esté en riesgo.
Y pues, si usted conoce a un adulto mayor en vulnerabilidad, ayúdelo o ayúdela, no sabemos si el día de mañana seremos nosotros los que ocupemos su lugar empacando víveres en un supermercado.
Hasta la próxima