Varios años duró un pleito entre una de las empresas de Antonio Cosío, Grupo Brisas y la hotelera española dirigida por Luis Riu, RIU Hotels & Resorts. Todo comenzó cuando FONATUR vendió una propiedad para desarrollar a RIU en la misma zona donde se ubica el lujoso hotel Nizuk de Grupo Brisas, el tema central fue que el grupo de Cosío no quería un desarrollo turístico para clase media —como es el mercado de RIU— junto a Nizuk, desarrollado para el mercado de lujo.
Una simple intención empresarial tomó tintes meta corporativos y trascendió al ámbito legal, pero sobre todo político. La fuerza de la familia propietaria de Grupo Brisas logró extender el pleito una y otra vez, sin que el gobierno estatal de Quintana Roo o las instancias judiciales federales pudieran hacer valer la ley.
Después de varios años, triunfó el poder meta constitucional de las empresas de la familia Cosío, la hotelera española RIU acabó por vender el desarollo desistiéndose de continuar el litigio que parecía extenderse de forma indefinida, como suelen ser los pleitos donde el poder político se combina con el poder económico. Se vendió el proyecto a Marriott y tuvo que haber una garantía de los propios Cosío, en el sentido que no reorganizarían otro pleito legal.
En síntesis, la política está dentro de las empresas turísticas y México, sigue siendo en gran medida, parte del influyentismo que pude echar una inversión internacional por voluntad de un grupo empresarial.
Alerta global de viajes
Los Estados Unidos de América son un país que basa su sistema político en el miedo, sí, el miedo infundado a sus ciudadanos: miedo a los comunistas, miedo a los extraterrestres, miedo a los migrantes y ahora, se acentúa el miedo a los viajes.
Se emitió una alerta global para todos los ciudadanos estadounidenses independientemente del país al que viajen y como viajen, sobre todo en avión. Esta decisión fomenta y promueve la paranoia de sus propios ciudadanos.
Esta alerta pudo tener un proceso de inteligencia entre gobiernos para garantizar al máximo la seguridad, pero del modo que se hizo, desata el miedo, por un lado provocando un grado de desconfianza mayor del que ya tienen sus ciudadanos y por otro, la intención de evitar viajes al extranjero, una forma poco ortodoxa de fomentar los viajes nacionales en aquel país.
La seguridad no está peleada con el turismo y los viajes, pero tampoco corresponde con un proceso de miedo y paranoia con un comunicado tan general que de fondo pide tener miedo a todo y a todos.
Aeroméxico reduce el Guadalajara-Madrid
Por un lado Aeroméxico informa que sus vuelos a España van muy bien, por otro anuncia reducciones para noviembre y diciembre de su ruta Guadalajara-Madrid. Son este tipo de mensajes encontrados los que quitan seriedad a la información compartida desde el corporativo de esta aerolínea.