El desperdicio de comida es una de las problemáticas que más preocupan a los gobiernos, a las empresas y a los emprendedores a nivel internacional.
La situación climática, así como la social, se ven afectadas por la cantidad de comida y recursos que se van a la basura como resultados de prácticas comerciales y fallas de distribución.
Como respuesta a esta problemática hablamos con Kim Durand, CEO y fundador de Cheaf, una empresa mexicana del sector cleantech que, a través de una aplicación, tiene la tarea de lidiar con el desperdicio de comida sobrante de restaurantes, franquicias, panaderías, retailers y grandes cadenas de autoservicio.
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Una propuesta con ética
Tan sólo en México 10 millones de toneladas de comida se van a la basura sin poder ser aprovechadas. Y por otra parte, más de 50 millones de personas en pobreza no pueden acceder a comida.
Es ahí que la app y el proyecto desarrollado por Kim Durand encuentra una forma de hacer converger estos dos grandes problemas y darles solución.
Tomando estos recursos excedentes y a las personas que los necesitan, Cheaf pone a disposición de las personas los productos, que normalmente serían desechados, a costos muy bajos, accesibles para todos.
De esta manera han salvado en casi tres años de operaciones, más de un millón de kilogramos de comida.
En poco tiempo se ha convertido en una herramienta que facilita la comercialización de los excedentes de alimentos pero a un tercio del precio del original, siempre en buena calidad pero a un costo hasta de un 65% menos del precio real.
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Un proyecto que busca desaparecer
A diferencia de muchos proyectos, que buscan perdurar a través del tiempo, Cheaf se trata de una iniciativa con una filosofía muy distinta. Su visión es acabar con el desperdicio de comida en América Latina.
En palabras de su fundador, “en donde hay desperdicio potencial, queremos estar”. El objetivo es generar conocimientos e inteligencia para mejorar el manejo de inventarios, de manera que el mayor éxito sea que Cheaf ya no sea necesaria en el largo plazo.
Por medio de su app, en la que cualquiera se puede registrar, se evita la merma que puedan tener los comercios del sector de alimentos y bebidas. Al mismo tiempo facilita, por medio de paquetes sorpresa, a los consumidores acceder a productos rescatados, útiles y a precios muchísimo más bajos de lo que normalmente lo encontrarían.
