Tras el asesinato de párrocos en México, el gobernador de Puebla, Miguel Barbosa Huerta ofreció protección a los clérigos que así lo requieran, dijo que por la cercanía que tienen con la gente, algunos pueden ser testigos de actos en los que está involucrado el crimen organizado.
En su rueda de prensa, el mandatario poblano aseguró que ha sostenido reuniones con sacerdotes en el estado y con el arzobispo del estado, Víctor Sánchez Espinosa, pero hasta la fecha nadie le ha solicitado protección personal.
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Sin embargo, aseguró que las iglesias son espacios seguros y pidió que no se genere una perspectiva contraria en la que se haga pensar a la gente que en México “todo es violencia”, pues provocar posiciones así, desde lo político o desde la iglesia, no construye.
Este domingo se llevaron a cabo las primeras acciones de la Jornada de Oración por la Paz en México, que impulsa la iglesia católica; el arzobispo de Puebla se sumó y dedicó la misa a los sacerdotes jesuitas asesinados en Chihuahua.
Casos en Puebla
Según datos del Centro Católico Multimedial (CCM), contabilizó un total de 79 agresiones contra miembros de la Iglesia Católica en los últimos 30 años, siendo Puebla el octavo estado con más casos registrados a nivel nacional, con cuatro.
Destaca el caso de Erasto Pliego de Jesús, quien fue asesinado el 13 de junio de 2015, presuntamente a mano de tres sujetos relacionados con el crimen organizado, quienes previamente estuvieron conviviendo con él en la parroquia de Santa María la Asunción, en el municipio de Cuyoaco.
El caso más reciente tuvo lugar el 11 de abril de 2019, cuando informó de la muerte del padre Ambrosio Leocadio, de 78 años de edad, quien estaba a cargo de la parroquia de El Señor de las Maravillas, en Puebla capital.
Se dijo que el asesinato estaba relacionado con el robo, pero ministeriales de la Fiscalía General del Estado (FGE) no descartaron otras hipótesis al encontrar que el sacerdote fue torturado.
