Luego que este martes, el Tribunal Superior de Londres acogiera la solicitud del fundador de WikiLeaks, Julian Assange, de apelar a su extradición a Estados Unidos, y de esta manera, poder tener una nueva revisión de su causa, el Grupo De Puebla calificó la decisión de la justicia inglesa como “una victoria legal y política sin precedentes”.
A través de sus redes sociales, la agrupación de líderes progresistas –que coordinan el chileno Marco Enríquez-Ominami junto a los exmandatarios de Argentina y Colombia, Alberto Fernández y Ernesto Samper, respectivamente- dijo que “Julian Assange ha ganado el derecho de apelar su extradición en 3 semanas. Una victoria legal y política sin precedentes”, mencionando –eso si- que “la incertidumbre y el riesgo persisten”.
El movimiento internacional constantemente ha apoyado la causa del periodista australiano, y ha calificado desde sus inicios, que se trata de “un extraordinario caso de persecución judicial y diplomática que afecta el derecho internacional en muchos sentidos”.
En esa línea, ha manifestad que Assange, en su rol de periodista, tomó una decisión que le está costando la vida al exponer, respectando las reglas del periodismo, documentos confidenciales y diplomáticos de Estados Unidos que son revelaciones crímenes de guerra y de lesa humanidad.
Asimismo, el Grupo de Puebla ha dicho que el caso Assange es comprendido por juristas e intelectuales de todo el mundo, como “un ejemplo de extrema degradación político-jurídica en el que la excepción se convierte en regla y en el que el derecho internacional se deja dominar por el sentido extraterritorial estadounidense de guerra preventiva contra enemigos, creando reglas ad hoc para alcanzar determinados fines”.
Por último, los líderes progresistas miembros del grupo, han reiterado que en este caso, está en juego no solamente la atención a los derechos personales y de integridad física, sino también la libertad de expresión, el ejercicio profesional del periodismo, el derecho a la información, la protección de las fuentes, y el derecho a ser tratado como un ser humano digno dondequiera que esté, especialmente en el estado actual de encarcelamiento de máxima seguridad bajo la custodia del sistema penitenciario británico.
