Querétaro

Bajo Querétaro: las grietas de una ciudad que se hunde por dentro

Querétaro enfrenta un problema invisible pero devastador: su suelo se hunde. Expertos alertan sobre el impacto en la infraestructura y el agua. ¿Cómo evitarlo?

Cuidado del agua en Querétaro.
Cuidado del agua en Querétaro. (Cortesía).

El hundimiento del Querétaro, conocido como subsidencia, ha transformado la infraestructura y la geografía urbana de la región durante décadas. La doctora Dora Carreón, investigadora de la UNAM, ha dedicado su carrera a estudiar este fenómeno y sus implicaciones para la ciudad.

Desde 1970 hasta 2010, Querétaro experimentó un hundimiento significativo debido a la extracción de agua de acuíferos superficiales, de aproximadamente 5 centímetros por año. Estos acuíferos contenían materiales granulares que, al ser drenados, provocaron la compactación del terreno, en palabras más simples el suelo de Querétaro se apachurro cuando se extrajo el agua que contenía.

A partir de 2010, la extracción se trasladó a capas más profundas de roca fracturada, con lo que se evitó, en parte, la subsidencia. Sin embargo, el problema persiste en zonas con fallas preexistentes y por el crecimiento urbano descontrolado que ha tenido el municipio en los últimos años.

El impacto es visible en vialidades como la avenida 5 de febrero y en colonias como Ensueño, Jardines de la Hacienda y Valvanera, donde las fracturas han provocado casas inclinadas y daños estructurales.

“Una vez que se fractura el subsuelo, se queda fracturado, por más que pongamos coberturas de cemento o de asfalto, la fractura está en subsueldo y eso afecta la estabilidad de las cimentaciones”, advierte la Dra. Carreón.

El deterioro de la infraestructura urbana es alarmante: vialidades, drenajes y tuberías de agua potable son especialmente vulnerables, y las fugas agravan las fracturas generando socavones, que cada vez son más comunes en la entidad. Además, el crecimiento urbano está impermeabilizando las zonas de recarga natural del acuífero, limitando su regeneración.

La investigadora alerta que, bajo la capa de roca fracturada explotada actualmente, existe otra capa granular.

“Si seguimos bajando el nivel y llegamos a esa otra capa de material granular, pues vamos otra vez a tener estos problemas de hundimiento si seguimos extrayendo agua”.

En el pasado, la Dra. Dora colaboró con autoridades como CONAGUA para analizar la situación en la que se encuentra el estado. Sin embargo, en los últimos años no se han actualizado los estudios ni se han definido estrategias claras.

“Necesitamos actualizar la información para saber ¿qué ha pasado en estos años? ¿En qué condiciones se encuentra actualmente? sobre todo con todos los pozos nuevos que se han hecho para abastecer los nuevos fraccionamientos que están en los alrededores de la ciudad”, enfatiza.

En 2023, la Universidad Autónoma de Querétaro, junto con otras organizaciones, crearon el libro “Pautas para la regulación hídrica” un esfuerzo académico, en el que se explica desde distintas visiones académicas el cómo proteger el agua en Querétaro, las afectaciones y las directrices a seguir en el manejo de recursos, en el cual la Dra. Carreón participó, pero por el momento, no han sido contactados por ninguna autoridad para participar en futuros proyectos locales.

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